El fantasma de Pavese
Diane Kurys es unajoven cineasta francesa que se dio a conocer hace unos años en el festival de San Sebastián con una película sencilla y conmovedora titulada Coup de foudre. Era aquél un filme de evidente sabor autobiográfico (cosa muy frecuente en las primeras obras) y en el que la cineasta dominaba a la perfección las entretelas de la materia de su leve e intensa historia, realizada con pocos medios y toneladas de conocimiento.Ahora, con Un hombre enamorado, Diane Kurys, con muchísimos más medios, se ha metido en camisa ajena pero ésta le viene demasiado grande, y se nota en el hecho de que una cineasta primeriza, que supo darnos una lección de sinceridad en su primera obra, en la segunda en cambio se ve forzada a mentir con la cámara, a acudir a marrullerías de oficio aprendido, a hacer una simulación de relato, una mala ficción de una ficción: la reconstrucción indirecta de la compleja personalidad del poeta y novelista italiano Cesare Pavese, sirviéndose del recurso argumental de un actor que va a interpretar un filme sobre los días que precedieron al suicidio del escritor.
Un hombre enamorado
Dirección y guión: Diane Kurys. Fotografia: Bernard Zitzerman. Música: Georges Delerue. Francia, 1987. Intérpretes: Peter Coyote, Greta Scacchi, Claudia Cardinale, John Berry, Peter Riegert, Jamie Lee Curtis, Vincent Lindon. Estreno en Madrid: cines Amaya, Tivoli y (en versión original subtitulada) Bellas Artes.
Tono artificioso
Y ni la historia del actor que va a hacer de Pavese, ni, de manera refleja, la del propio Pavese, son convincentes: la del escritor, nunca, y la del actor que interpreta al escritor, sólo a ráfagas, con algunas buenas escenas (como las de amor) en medio de un tono artificioso y algo sobrecargado de un intelectualismo de parvulario.La bella Scacchi es inexperta. Coyote logra instantes fogosos y creíbles en su doble personaje, pese a que Kurys hace lo posible por desvanecerlo.