_
_
_
_
_

El fin de la era del vapor

La diplomacia de la sauna ya no es lo que era. Por tradición la reunión semanal del gabinete del Gobierno finlandés acostumbraba a acabar con una reunión en la sauna. La tradición tuvo que cambiar cuando las mujeres comenzaron a ser ministras. Hay cuatro mujeres en la coalición conservadora y en Finlandia hombres y mujeres no toman una sauna juntos a menos que sean miembros de la misma familia. La sesión de sauna del Gabinete es ahora optativa. "Ha llegado a ser un poco más informal", dice Perti Salolainen, ministro de Comercio Exterior, "y no va todo el mundo". Los finlandeses mantienen que las saunas no tienen nada que ver con el sexo, que, aseguran, es una perversión inglesa y germana. Los finlandeses afirman que el baño de vapor era el arma secreta de su diplomacia y de su vida económica y que reuniones importantes acababan inevitablemente en la sauna. En los últimos años las mujeres han alcanzado cada vez más posiciones de poder: más del 30% de los miembros del Parlamento finlandés son mujeres. Aunque no tienen nada en contra de las saunas como tales, algunas de estas mujeres importantes se quejan de que en ellas se realizan demasiados negocios por grupos exclusivos de hombres. Al presidente Mauno Koivisto le gusta menos la sauna que a su predecesor, Urho Kekonen, el cual invitaba a menudo a sus visitantes rusos o norteamericanos a una sesión de sauna en su residencia cerca de Helsinki., 17 de enero

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_