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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los correos del coronel

En un país de América de cuyo nombre no quiero acordarme había un servicio de Correos que funcionaba cada vez peor. Su mal funcionamiento hizo surgir y desarrollarse un servicio paralelo de libre empresa, el de una mensajería privada, mucho más caro y algo menos ineficaz que el correo oficial. Entonces el Gobierno, en una enérgica actuación para acabar con el deterioro del servicio, presupuestó ingentes sumas para mejorarlo, y además nombró director de Correos a un bizarro militar, un coronel muy distinguido por sus dotes de mando, capacidad de trabajo y genio organizativo.El coronel Camblor, que así se llamaba, contrató numeroso personal para ampliar el servicio e instaló por todo el país buzones de gran tamaño y aparatosa vistosidad. La calidad del servicio, sin embargo, no mejoró en absoluto, fortaleciéndose en cambio el correo privado. El nuevo personal contratado nunca Regó apresentarse en las dependencias de Correos, y de los rutilantes buzones instalados jamás se recogió la correspondencia: años después, herrumbrosos y desvencijados, dejaban ver por su chapa agujereada el amasijo amarillento resultante de aquellas piezas postales deposita das un día en su interior por los ingenuos remitentes. A todo esto, la Prensa de una izquierda testimonial ya había descubierto para sus escasos lectores que aquel personal contratado, pagado con el

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erario público, venía desempeñándose activamente en la empresa del correo privado, y que el dueño de la tal empresa era nada menos que el mismísimo coronel Camblor.

Pensar que aquí pueda ocurrir otro tanto me pone los pelos de punta. Pero algo está ocurriendo, sin duda, lejanamente parecido. O no tan lejano, si se investiga quién está detrás de esas empresas de correos paralelos, interesadas, naturalmente, en el máximo deterioro de Correos.

Quizá sea este servicio, el de Correos, el que más ha acusado el paso de la dictadura a la democracia, ya que parece indudable que bajo.el caudillato funcionaba mejor. Hay palabras que por su dureza se prefiere no emplear, pero creo que en este caso, si se habla de sabotaje, se estará llamando a las cosas por su nombre.- Manuel Riveiro Loureiro.

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