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SOLUCIÓN AL CONTENCIOSO DE LAS BASES

EE UU expresa su desilusion por la salida de los F-16 y cree que traerá complicaciones en la OTAN

Francisco G. Basterra

Estados Unidos presentó ayer, con la mejor cara posible, el acuerdo de principio para la salida de los 72 F-16 de España, pero fuentes gubernamentales expresaron a EL PAÍS su "disgusto, desilusión y desacuerdo" por la forzada retirada del Ala 401. "Se trata de un sacrificio necesario por razones políticas, para mantener una relación Importante con España, pero introduce complicaciones no sólo en lo bilateral, sino en los planes de defensa de la OTAN", dijo un miembro de la Administración de Reagan.

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La Casa Blanca y el Departamento de Estado insistieron en que serán los aliados de la OTAN quienes deberán pagar el coste del traslado de los aviones de Torrejón y que Washington, negociando con España y con el resto de los aliados, debe ahora limitar el perjuicio causado. La próxima cumbre de la OTAN, que se celebrará en Europa en marzo o abril y a la que acudirá Reagan, discutirá este tema, según el portavoz presidencial, Marlin Fitzwater."Estamos en desacuerdo con los españoles en lo referente a la salida de los aviones, pero, con esta importante excepción, el acuerdo es bueno para los dos países", afirmó Charles Redman, portavoz del Departamento de Estado, tras leer a mediodía el comunicado conjunto. "Esperamos llegar a un acuerdo con los aliados [una fuente de la Casa Blanca no excluyó a países no pertenecientes a la OTAN] sobre una alternativa a Torrejón y el pago del traslado", añadió Redman. El Pentágono, que subraya el "agujero" creado en la defensa del flanco sur, está sugiriendo que los F-16 pueden ser replegados a EE UU.

El acuerdo -que aún debe ser negociado en detalle- para seguir usando Torrejón "en tiempo de crisis y de guerra en apoyo.a los planes de refuerzo de la OTAN" es considerado por EE UU como una concesión positiva por parte española. Esta utilización "deberá ser discutida con los españoles y multilateralmente con la OTAN", dijo Redinan. Con tacto diplomático, Redinan se negó a valorar la incidencia de la salida de los F- 16 sobre las negociaciones que mantiene EE UU con Grecia, Filipinas o Portugal, principal daño sufrido por Washington; tampoco quiso vincularla con la reducción de misiles de alcance intermedio ni con el desequilibrio de fuerzas convencionales en Europa.

Ni vencedores ni vencidos

Otras fuentes de la Administración de Reagan no se recataron, aunque no públicamente, en subrayar lo negativo del acuerdo. La Prensa, para la que fue noticia de primera página, la presentó como una derrota para la diplomacia norteamericana, dando la impresión de que ha -,edido a un ultimátum, y como la primera retirada unilateral de fuerzas norteamericanas ordenada por un aliado.

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"No ha habido vencedores ni vencidos% dfleron, sm embargo, a EL PAPS en el Departamento de Estado. "Seguimos siendo aliados, la relación global va más allá y es más importante que el problema de Torrejón y de las bases, y nadie habla de represalias contra España", precisaron. Pero se trata de una píldora dura de tragar paraWashington, que durante más* de un año ha estado convencido -creyendo la información que enviaba desde Madrid el embajador Bartholomew- que Felipe González se echaría atrás y sacaría un nuevo coneu*o de la chistera.

En los últimos días, los dos países han trabajado para conseguir una present.ación del acuerdo que salvara la cara a las dos partes, pero sobre todo a EE UU. Washington ha fracasado en su intento de que fueran aceptadas sus sucesivas propuestas. únicamente los norteamericanos hablan de ciertas "concesiones" a cambio de la salida, que deberán detwllarse, referidas fundamentalmente al uso de las bases en tiempos de "crisis" y la definición de los mismos.

Fuentes independientes y del Congreso expresaron a EL PAIS su insatisfacción por el desenlace., El secretario de la Marina, James Webb, hablé abiertamente esta semana de la necesidad de plantearse una retirada progresiva norteamerP cana de Europa. Aunque la Administración ha tratado de limitar los daños -la sustitución de Caspar Weinberger por Frank Carlucci en el Pentágono ha influido en la búsqueda de un final rápido-, el público norteamericano no comprenderá fácilmente que "tengamos que abandonar España, donde estamos para defender la libertad de Occidente".

"Es posible una reacción negativa del Congreso, e incluso en la campaña electoral, no sólo contra España sino contra la propia Administración, por haber cedido demasiado. Sobre todo si la Prensa continúa presentando una imagen de derrota para EE UU% dijo ayer a ELPAIS Helmut Sonnenfeldt, ex miembro M Consejo de Seguridad Nacional y experto en temas europeos.

"No estoy contento, aunque el resultado final no es tan negativo. Es desafortunado que España lo haya presentado como un ultimátum, aunque comprendo las realidades políticas españolas", explicó Sonnefeldt, añadió Sonnenfeldt.

El Ala 401 puede ser eliminada como fuerza de la OTAN por motivos presupuestarios y no ser trasladada a otro país aliado, dijo anoche una fuente de la Administración citada por la agencia UPI. El Pentágono no quiso confirmar la noticia, pero considera dificil y muy costoso llevar los 72 F- 16 a un tercer país. Los aviones podrían r9gresar a EE UU pasando a la fuerza aérea de reserva de la Guardia Nacional, donde sustituiría a viejos Phantom F-4. Es Carlucci el que tiene que tomar la decisión final al afrontar en breve las reducciones de presupuesto del Pentágono, obligadas por el fuerte déficit fiscal. La Fuerza Aérea recomienda eliminar dos de sus 37 alas activas de cazabombarderos.

Obligaciones de un aliado

[El ex consejero de Seguridad Nacional Zbibniew Brzezinski declaró a Efe que lo ocurrido "demuestra que España no es un miembro auténtico de la Alianza Atlántica". "Es un precedente negativo y demuestra que España no entiende lo que son las obligaciones de un pacto de seguridad colectiva", precisó. Asimismo, el historiador Stanley Payne calificó la salida de los F- 16 de "paso negativo y desfavorable para España y Europa Occidental"].

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