Periodistas y corrupción
El editorial de EL PAÍS del pasado día 26 de septiembre sobre la prostitución de los menores analiza las causas que contribuyen a aumentar tan repugnante lacra. Entre esas causas incluye -¡cómo no!- la corrupción policial. Dejando a un lado lo anecdótico de la aversión, casi patológica, de ese periódico a la policía, parece deducirse de la lectura cotidiana de la Prensa que aquí los únicos inmunes al virus de la corrupción son los periodistas. Cuando algún ingenuo se mete con ellos, destapan iracundos la caja de los truenos y se enfundan la armadura del corporativismo, eso que con tanto denuedo precisamente fustigan cuando son otros los sectores de la sociedad afectados. Pero vayamos derechos al grano. Para nadie es un secreto que existen medios de comunicación que defienden bastardos intereses de poderosos grupos de presión (léase Iglesia, mundo empresarial, turbios mecenazgos yanquis, etcétera). Curiosamente, los mensajeros de esos medios son los profesionales de la información. ¿No cree usted, señor director, que todos esos periodistas independientes están ya corrompidos cuando tan dócilmente se dedican a pastar sin hacer ningún asco al pesebre de sus amos?- Ramón Velasco Ratón.
