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Los socialdemócratas británicos aceptan negociar la creación de un solo partido con los liberales

El congreso del partido socialdemócrata (SDP) británico decidió ayer abrir negociaciones con el Partido Liberal encaminadas a la formación de un tercer partido influyente en el Reino Unido. La decisión de negociación fue tomada tras una intensa jornada de debates que evidenció la profunda división que aflige al SDP, cuyo líder carismático, David Owen, ha rechazado de plano cualquier acuerdo y ha anunciado que seguirá luchando por sus principios fuera del futuro nuevo partido.

La decisión del congreso socialdemócrata de negociar "Ia creación de un nuevo partido que incorpore al SDP y al Partido Liberal" no hizo sino confirmar los resultados del referéndum celebrado a principios de agosto entre las bases del SDP, veredicto que llevó a Owen a abandonar el liderazgo del partido y reforzar su campaña contra una fusión que supone la desaparición del grupo que él contribuyera a formar en 1981, tras abandonar el Partido Laborista.Owen no intervino en los importantes debates de ayer, pero lo hizo el domingo por la noche, en una atmósfera emocionalmente cargadísima, para mostrar oídos sordos a la petición cursada por la presidenta del partido, Shirley Williams, de que reconsiderase su postura rupturista. "Soy socialdemócrata y voy a seguir siendo socialdemócrata" fue su consigna, la misma que ha venido repitiendo desde que saltó a la palestra la unión con los liberales, el pasado junio.

Las posiciones a favor y en contra de la fusión con los liberales fueron expuestas con vehemencia durante todo el día de ayer ante los congresistas, reunidos en la localidad costera de Portsmouth, que mayoritariamente y a mano alzada optaron por la unión.

El debate sobre la fusión en las filas socialdemócratas no queda zanjado con el sufragio de ayer, pues en enero deberán votar otra vez sobre los estatutos del futuro partido unificado. Además, se va a abrir una nueva disputa intestina sobre a quién pertenece la etiqueta del SDP, que partidarios y enemigos de la fusión reclaman para sí.

La votación de ayer supone el fin de la carrera de Owen, que en todo este proceso ha mostrado menos madurez política de la que se le presumía. Owen ha evidenciado estar falto de flexibilidad o harto de soberbia. Ahora se encuentra en la calle, desde donde ha negado que vaya a unirse a los conservadores.

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