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La OCDE augura una oleada de conflictos sociales en Europa por los mediocres resultados económicos

La persistencia de unos "resultados económicos mediocres" y la amenaza de que se produzca una recesión a nivel global, como consecuencia de la falta de una coordinación en las políticas económicas de los principales países occidentales, pueden provocar una ola de conflictividad social sin precedentes recientes en toda Europa y dificultades serias en la aplicación de las necesarias políticas de ajuste estructural, según pronostica un informe confidencial presentado por la Secretaría General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a la reunión anual de los ministros de Finanzas y de Asuntos Exteriores de los 24 países miembros, que comenzó ayer en París. Los autores de dicho informe rebajan del 3% al 2,25% anual (2,5% en un informe previo de marzo) el crecimiento económico esperado en la zona de la OCDE para los próximos 18 meses.

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En la misma línea que el informe económico semestral del Fondo Monetario Internacional (FMI), que hace un mes anticipaba el riesgo de una recesión global, la nota confidencial sobre las perspectivas económicas de la OCDE rezuma también un marcado tono pesimista sobre el futuro de la economía occidental a corto y medio plazo. Pero frente al frío análisis de los datos realizado por el FMI, el informe de la OCDE decanta un espíritu mucho más político, quizá para justificar, debido al carácter supragubernamental de la organización, los "mediocres resultados" conseguidos por las políticas de ajuste estructural y los sacrificios sociales recomendados en los últimos años por sus expertos.Un párrafo de la nota del secretario general, Jean Claude Payé, referido a la política de ajuste, es harto elocuente a este respecto: "En estos momentos, el riesgo, que no debe ser infravalorado, es que, si las perspectivas de un crecimiento más fuerte se desvanecen, todo lo que se ha hecho hasta la fecha resulte comprometido y que los sacrificios y esfuerzos necesarios sean juzgados finalmente como inútiles. Este riesgo será más poderoso si el público tiene el sentimiento o cree que la moderación de los salarios y la flexibilidad del mercado de trabajo no se traduce en aumentos de los salarios reales y del empleo (...) Si esta impresión ganara terreno como causa de la persistencia de los resultados económicos mediocres, se produciría inevitablemente una multiplicación de los conflictos, de los malentendidos y de las tensiones en el interior de los países y entre las distintas naciones".

Políticas de ajuste

Los expertos de la OCDE, pese a esta advertencia, no reniegan de las políticas de ajuste ni de sus recomendaciones para insistir en la flexibilidad de los mercados de trabajo y de capitales. Pero sí aseguran que si estas políticas no se ven complementadas por una mayor coordinación entre Estados Unidos, Japón y la República Federal de Alemania, los resultados pueden ser catastróficos: estancamiento, incluso recesión, hundimiento del dólar, subida incontrolada de los tipos de interés y agravamiento del problema dé la deuda en el Tercer Mundo.

Los remedios aconsejados por la OCDE a estos males son ya conocidos: reducción efectiva de los déficit fiscal y exterior norteamericano y mayor estímulo de las economías japonesa y alemana. Y para Japón, su mensaje particular: moderación en su agresividad comercial y financiera y apertura de sus mercados.

La nota económica dibuja tres escenarios posibles: en la evolución de la economía occidental durante los próximos cinco años. El primero, o tendencial, parte de la hipótesis de que no se haga nada y que el déficit por cuenta corriente norteamericano apenas experimente una ligera disminución, con superávit mínimos paralelos en Japón y la RFA. Esta situación, a juicio de la OCDE, no será asumida ni por los países ni por los mercados financieros, que contrarrestarán sus actuaciones con diferentes medidas que darán lugar a un segundo escenario, caracterizado por su adaptación a las fuerzas del mercado, que sin embargo no resolverá los problemas del comercio mundial y la caída libre del dólar, y que a la vez provocará una subida inaceptable en los tipos de interés. Un mayor deterioro de este escenario llevaría a lo que la OCDE denomina hipótesis catastrofista, que culminaría en una recesión mundial. Todo ello, sin embargo, puede ser evitado si se reproduce un tercer escenario, que supondría una mayor cooperación en la puesta a punto de las diferentes políticas económicas de Estados Unidos, Japón y la RFA.

El objetivo sería una sensible reducción de los déficit fiscal y exterior norteamericanos y una expansión fiscal significativa en Japón y la RFA, de forma que se produzca un efecto locomotora en la economia occidental y la del Tercer Mundo.

Al analizar el problema de la deuda, la OCDE estima que "el endeudamiento es el mayor obstáculo para el crecimiento". Y reitera la necesidad de mantener las políticas de ajuste estructural, pero con el añadido de una política de mayor crecimiento económico.

En el terreno fiscal, la OCDE apunta la necesidad de reducir la complejidad de muchos de los sistemas impositivos de los países miembros, de forma que se estimule el ahorro y se reduzca la presión fiscal directa que no hace otra cosa que propiciar el fraude.

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