Los obispos argentinos critican tímidamente la provocación militar
ENVIADO ESPECIALLa Iglesia católica argentina hizo ayer un llamamiento a la reconciliación nacional "desde la tolerancia y el espíritu de entendimiento", pero se mostró tímida y ambigua a la hora de criticar la reciente sublevación militar registrada en el país.
La Conferencia Episcopal argentina, tras la asamblea plenaria de obispos celebrada el pasado fin de semana, hizo público un documento en el que afirma que "la Constitución y el imperio del derecho son fundamentos de la paz".
Este tenue respaldo al orden constitucional fue la única alusión de los obispos argentinos a la crisis militar, excepción hecha de un párrafo en el que señalan que "el mensaje de Juan Pablo II ha contribuido, sin duda, a que los argentinos superáramos en paz, con fortaleza y solidaridad, los graves problemas surgidos en nuestra patria a pocos días de su partida a Roma".
El documento, que fue presentado por el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Raúl Primatesta, se titula, con dudosa oportunidad, Iglesia argentina: levántate y recuerda fundamentalmente las enseñanzas del viaje papal, que concluyó poco antes de la asonada militar de Semana Santa.
El premio Nobel de la Paz de 1980, Adolfo Pérez Esquivel, envió ayer una carta abierta al cardenal Primatesta en la que pide un pronunciamiento claro de la Iglesia sobre temas candentes, como la ley de punto final y los intentos de regular la obediencia debida. Pérez Esquivel opina que la jerarquía eclesiástica debe "alzar su voz en defensa de la vida, la verdad, la justicia y la libertad".
Mientras, en una misa celebrada en Córdoba, se defendía a los militares que actuaron en la guerra sucia y el teniente coronel Luis Bolo, jefe del 14º regimiento de infantería aerotransportada donde se inició la sublevación, era acogido con calor por los asistentes. La misa fue organizada por Familiares de Militares Muertos por la Subversión (Famus), y desde el púlpito, un sacerdote llamado Rossi elogió a los represores de la dictadura y recurrió a los clásicos para decir que "algo huele a podrido en Dinamarca".
