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Tribuna:EL OMBUDSMAN
Tribuna
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Los testigos de la colza

Entre las 15 monjas de clausura y los 3 ex ministros (dos de UCD y uno del PSOE) que aparecían como testigos para declarar en el juicio sobre el síndrome tóxico, Ferrán Sales citaba, en su información del pasado 8 de abril publicada en EL PAÍS, a seis periodistas cuya presencia había sido solicitada, al parecer, por los abogados defensores. Entre los periodistas señalados se encontraba "Jesús de las Heras, ex redactor de EL PAÍS". Efectivamente, Jesús de la Heras fue redactor de este periódico casi desde su fundación. Según el departamento de Administración, ingresó en la Redacción el 14 de actubre de 1976 y cesó su contrato de trabajo el 12 de octubre de 1986; ahora está incorporado, como redactor jefe, a Ediciones Tiempo,SA.Jesús de la Heras ha enviado una carta para aclarar la alusión que se le hace y señala: "Nadie (ni defensa, ni acusación fiscal, ni acusación particular) me ha citado como testigo de ese juicio. Más aún: varias semanas antes de su comienzo fui acreditado por el Ministerio de Justicia para poder asistir a la vista oral en calidad de periodista, como redactor jefe de Ediciones Tiempo, SA, empresa en la que actualmente trabajo. Y asistiré al juicio si profesionalmente necesito hacerlo. Sin embargo, sí lo haré o no como testigo de alguien que lo solicite o lo haya solicitado es algo que no pasa de ser, hoy por hoy (al menos para mí), una especulación, y el hecho de afirmarlo sin la debida contrastación presenta, una vez más, lo anómalo de todo este siniestro asunto".

Por su parte, el redactor Ferrán Sales subraya cómo obtuvo los datos que aparecieron en su información. "Los portavoces de las asociaciones de afectados por el síndrome tóxico me informaron a principios del mes de abril que se había creado una confusa situación jurídica en torno a los testigos propuestos a declarar en el sumario de la colza. Aseguraban que la mayor parte de los 2.500 testigos solicitados y previstos aún no habían sido citados oficialmente y que incluso algunos de ellos se enteraban de su condición de tales cuando al tratar de entrar en la Casa de Campo de Madrid para asistir como público a las vistas orales, los servicios de seguridad se lo impedían asegurando que estaban en las listas de los testigos".

En los primeros días de abril, Ferrán Sales tuvo acceso a la lista formal de testigos propuestos, sin consideraciones sobre si ya habían sido citados o no; pero de la información -de absoluta fiabilidad- sacó los nombres más significativos, entre los que se encontraban los seis periodistas. Posteriormente se ha sabido que una periodista del grupo mencionado había estado asistiendo a las vistas para obtener información, sin saber ni ella ni los servicios de seguridad que estaba propuesta como testigo y que su declaración quedaría invalidada por su presencia en la sala.

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"Por último", concluye Ferrán Sales, "entre el grupo de periodistas se encontraba el ex redactor de EL PAÍS Jesús de la Heras, cuyo nombre incluí sin considerar necesaria ninguna confirmación más, ya que el documento al que tuve acceso era definitivo y claro, y su naturaleza no era de las que mereciera consulta o contrastación, de la misma forma que tampoco resultaba necesario consultar con los tres ex ministros ni con las demás personas propuestas para testificar. Estimo que si en este asunto ha habido un error, en todo caso es del abogado que en la calificación provisional propuso unos nombres como testigos y no informó a los interesados, y no de quienes hemos trasladado los datos de ese documento a la opinión pública".

El ombudsman telefoneó a Jesús de las Heras horas antes de publicar esta columna y el periodista le confirmó que hasta el momento no había recibido ninguna citación.

Los sucesos de Reinosa

Al informar de los graves enfrentamientos en Reinosa entre los vecinos y guardias civiles, el pasado 16 de abril, el corresponsal en Santander, Jesús Delgado, incluía en su crónica unas declaraciones de Carlos Romero, secretario general de UGT en Reinosa, y se refería en un párrafo a los propósitos del sindicalista: "Romero apostó también llevar a cabo el corte inmediato de la carretera". La respuesta del secretario general de UGT de Campoo sobre esta frase que le atribuye el representante de EL PAÍS no se ha hecho esperar. Carlos Romero puntualiza: "Mis palabras exactas fueron: 'A pesar de esta información, UGT mantiene el acuerdo de la asamblea con las movilizaciones convocadas'. Dichas movilizaciones, acordadas en la asamblea de trabajadores de Cenemesa, consistían en sendas concentraciones de trabajadores los días 15 y 16 en el parque de Cupido".

Jesús Delgado reconoce las razones de Romero: "Efectivamente, Carlos Romero dijo exactamente lo que él puntualiza. Ahora bien, ¿qué se entiende por movilización obrera? En opinión de Javier Puente, secretario de información de CC OO de Cantabria, 'movilización' puede ser sinónimo de huelga, concentración, cacerolada, y también de un corte de carretera o ferrocarril. Aquel día se aludió por los concentrados a la necesidad inmediata de repartirse en grupos 'para hacer lo previsto', que es otra forma de aludir a movilizaciones. Confieso haber interpretado que UGT de Reinosa, y Carlos Romero, su máximo responsable, apostaban por los cortes que luego protagonizarían. Los sinónimos de manifestaciones parecen en la hora presente mucho más ricos que nunca".

China y la bomba nuclear

"Una firma elogiable" era el título del editorial que se publicó en EL PAÍS el pasado 13 de abril a raíz de la adhesión de España al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP). En dicho artículo se afirmaba: "En 1970, Francia fue el único país que disponiendo de la bomba atómica negó su firma al tratado". Y se señalaba: "Entre los otros países que siguen sin participar del acuerdo se encuentran (además de Francia) la India (...), Israel (...), Pakistán (...), Brasil (y) Argentina". Un lector, José R. Suárez de Oca, nos advierte sobre dos errores: "China, que dispone de bombas nucleares desde el 18 de octubre de 1964, también negó en 1970 su firma al tratado, aprobado en 1968 por la Asamblea General de la ONU, y, por otra parte, se omite informar que China tampoco ha firmado hoy el TNP (ni lo hizo en 1971, al ingresar en la ONU), a pesar de que es, a la par probablemente con Francia, el país más importante del exclusivo club de naciones que disponen de armas nucleares que sigue sin firmar el TNP". El lector apostilla sobre las intencionalidades del editorialista: "No creo ocioso subrayar que de todos los países enumerados por EL PAÍS como no firmantes del TNP, ninguno goza de un régimen comunista, mientras que China, misteriosamente salvada de las censuras del editorialista a pesar de ser una nación con bombas nucleares no firmante del TNP, goza de ese tipo de régimen. El dato puede ser interesante para saber si el olvido ha sido o no un lapsus freudiano".

El redactor jefe de Opinión, Vicente Verdú, es conciso al puntualizar: "Tiene razón el lector, veterano correspondiente de la sección Cartas al Director, cuando dice que en 1970, además de Francia, China poseía la bomba atómica y negó su firma al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. No tiene razón alguna, sin embargo, cuando pretende atribuir al editorialista alguna intención política en esta omisión".

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