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EL JUICIO SOBRE EL SINDROME TÓXICO

El careo

El desarrollo del juicio en las próximas sesiones tendrá un punto de atención: en qué momento se producirá el careo entre dos de los principales procesados -Juan Miguel Bengoechea y Ramón Ferrero-, que expusieron evidentes contradicciones mutuas en sus respectivas declaraciones. El letrado de la acusación particular, José María Mohedano, pidió esa prueba en la sesión del martes, pero el tribunal aún debe decidir si se produce y en qué momento.Juan Miguel Bengoechea, de 46 años, licenciado en Derecho, copropietario de Rapsa junto con su hermano Fernando, intentó convencer al tribunal, durante el interrogatorio del lunes día 30 de marzo, de que él no supo hasta mayo de 1981 que su aceite importado de Francia y adecuado para el uso en la siderurgia era desviado al consumo humano por sus clientes los hermanos Ramón y Elías Ferrero, dueños de la firma Raelca. En ese mes -cuando ya se habían producido muertes por el síndrome tóxico-, cortó el suministro.

Ramón Ferrero, de 33 años, que antes de dedicarse al negocio del aceite había sido camarero en una discoteca madrileña, aseguró, en cambio, en, el interrogatorio del martes, que Bengoechea había visitado la empresa de Alcorcón en mayo de 1980 y que se presentó como proveedor de aceites comestibles. "Nunca me dijo que era aceite desnaturalizado", precisó.

Por el contrario, los Bengoechea sostienen que sí se lo advirtió. Y en concreto se refiereh, por ejemplo, al diálogo que, según su versión, mantuvo Fernando con Ramón Ferrero cuando éste le devolvió una cisterna porque el aceite tenía mal olor, en febrero de 1981. Los Bengoechea, según su propia versión, le explicaron que era lógico que oliese mal, puesto que se trataba de aceite desnaturalizado.

En cambio, Ferrero sostiene que jamás le dijeron eso -"¡es mentira!", dijo-, y explica que atribuyó la causa del mal olor a un defecto de refinado.

El letrado que ha pedido el careo, José María Mohedano, deberá presentar al tribunal un escrito donde explique cuáles son los puntos de contradicción. Este escrito no había sido formalizado todavia ayer porque el abogado esperaba disponer de la transcripción literal de las cintas magnetofónicas de las sesiones, a fin de recoger textualmente la declaración de los dos procesados.

Una vez entregado el escrito, los tres magistrados apreciarán o no esos motivos y decidirán, en su caso, que el careo se celebre y en qué momento. Seguidamente, el ponente preguntará a los dos acusados si desean carearse o si se ponen de acuerdo en las contradicciones anteriores.

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En caso de que opten por el careo, el ponente les preguntará si se ratifican en sus declaraciones anteriores; y si cada uno se mantiene en su postura anterior comenzará el diálogo.

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