Cuevas se explica
Le escribo en relación con la información publicada por EL PAÍS el día 4 de marzo, bajo el título Barrionuevo y Cuevas acosan al presidente del Club SIglo XXI.En dicha información, a pesar de que incluye un desmentido de la CEOE, se abunda en la misma tesis que se expone en el título. Acogiéndome al derecho de rectificación, desearía hacer las siguientes puntualizaciones:
1. Es radicalmente falso que yo acose al presidente del Club Siglo XXI, ni como tal ni como presidente del Consejo Superior de Cámaras. Muy al contrario, cuando decidí, a título personal y privado, darme de baja como socio del Club Siglo XXI, fue el propio Club el que filtró la notícia contra mi voluntad, y además, convenientemente sesgada, para provocar críticas contra mi actitud.
2. Tampoco he influido en absoluto en las decisiones tomadas por otras personas posteriormente. Si han suspendido intervenciones o se han dado de baja como socios, tienen sus propias razones, que, por otra parte, he visto profusamente explicadas en los medíos de comunicación. Inventarse contubernios Barrionuevo-Cuevas o Gobierno-CEOE es tan estrambótico como injustificado.
3. A nadie le puede extrañar que los representantes de enipresarios y policías, que son dos de los blancos favoritos del terrorismo, sean más sensibles que el resto de la sociedad ante hechos como el ocurrido en el Siglo XXI, en el cual un conocido miembro de Herri Batasuna hizo una clara apología del terrorismo. Pero sacar de ahí la conclusión de que existe una campaña contra alguien me parece absurdo. Como es absurdo que quienes me expusieron a riesgos personales por haberme dado de baja quieran hacerse pasar ahora por las víctimas de la situación que ellos mismos han creado.
4. Como ya es conocido, yo me di de baja porque un conocido miembro de Herri Batasuna, en un almuerzo que le dio el club y que yo pagué con mis cuotas, dijo, entre otras cosas, que "en Euskadi nadie tiene miedo a la ETA, excepto los empresarios". Me di de baja haciendo uso de mi libertad personal, esa libertad no será torcida por más que se me quiera coaccionar. Nunca seré tolerante ni con los asesinos ni con sus amigos, y nunca comprenderé que se cedan los micrófonos a quíenes usan las pistolas y las bombas como supremo argumento político. Que elijan entre las bombas y los micrófonos, pero que no pretendan usar estos últimos mientras recurren a las primeras. Aquí la única campaña que existe es la de quienes desean legitimar la violencia como herramienta para conseguir sus fines, lo que vaciaría de contenido al propio sistema democrático y al criterio mayoritario de las urnas.
5. Si la opinión pública llega Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior a ser convencida de que el terrorismo solamente afecta a empresarios y policías, y que son los dos únicos grupos que deben reaccionar contra la propaganda de las ideas terroristas, se habrá dado un gran paso en la legitimación moral de la que he hablado. Lamento que EL PAÍS haya interpretado una serie de gestos personales, que además tienen un alto riesgo para quienes los realizan, como una campaña contra el señor Piera. Vuelvo a insistir en que ello es radicalmente falso.- Presidente de la CEOE.
