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Una oferta conjunta de Osborne y Tabacalera, firme candidata a la adjudicación de Williams & Humbert

La firma bodeguera Osborne y Compañía, con sede en El Puerto de Santa María (Cádiz), y el monopolio estatal Tabacalera, SA, han presentado una oferta conjunta para la compra de Williams & Humbert, propietaria de la marca Dry Sack, de vinos de Jerez. La propuesta de Osborne y Tabacalera se perfila como la más seria candidata a la adjudicación de la última de las bodegas de Jerez que pertenecieron al antiguo holding Rumasa, y supone la primera opción concreta de diversificación de Tabacalera, con su entrada en el sector agroalimentario.

El miércoles día 25, la sociedad broker del Patrimonio del Estado, Improasa, procedió a la apertura de las plicas que han optado a la reprivatización de Williams & Humbert. Al final han sido 11 las ofertas recibidas, de las 38 entidades que se habían interesado en firme por la bodega. De esas 11, en torno a cuatro -entre las que se encuentra la presentada por Bodegas Internacionales, propiedad de Marcos Eguizábal- serán descartadas al estar sus ofertas muy alejadas del listón exigido por el Patrimonio del Estado. De las ocho restantes, dos pertenecen a nombres de prestigio en el marco de Jerez: Domecq y Osborne.La oportunidad de comprar Williams & Humbert se presenta como anillo al dedo tanto para Osborne como para Tabacalera. Para la firma de El Puerto de Santa María, Williams supone hacerse con una red de distribución en el extranjero de la que actualmente carece. Osborne es toda una potencia, muy bien colocada en el segmento del brandy, merced a la marca Magno, y que está efectuando grandes progresos en el del vino gracias a Fino Quinta, actualmente la tercera marca del mercado y en progresión. Pero su registro es pobre en la exportación. La adquisición de Williams y su Dry Sack le colocaría en una posición inmejorable, tanto en el mercado interior como en los exteriores. No hay que olvidar que la aspiración de los buenos bodegueros jerezanos consiste en lograr un razonable equilibrio entre vino y brandy, contando además con que el jerez parece tener más futuro comercial que el brandy.

Por la puerta grande

Para Tabacalera, Williams supone entrar en el sector agroalimentario por la puerta grande. La compañía, hoy propiedad mayoritaria del Patrimonio del Estado, se ha planteado una estrategia de diversificación que incluye la venta de sus productos en Europa. Fuentes de la sociedad señalaron ayer: "No estamos en condiciones de desmentir ni confirmar esa oferta, aunque es cierto que mantenemos conversaciones con Osborne para muy distintos temas". Tampoco pudo confirmarse en áreas de Improasa o Rumasa, comprometidas en un pacto de silencio con los 11 ofertantes.En realidad, el noviazgo entre Osborne y Tabacalera es un proyecto de mucho más calado que la propia Williams. Osborne mantiene ya una posición dominante en Sánchez Romero Carvajal, la firma cárnica de Jabugo (Huelva), que comercializa los famosos jamones de pata negra. Estos días ha aumentado su participación, que ronda ya el 50%, estando a su cargo la gestión, y manteniendo en el consejo a hombres como Tomás y Enrique Osborne MacPherson y Manuel Robles Ortega. De acuerdo con las fuentes informantes, los contactos entre ambas empresas giran también en torno a la próxima entrada de Tabacalera en el capital de Sánchez Romero Carvajal de la mano de Osborne, entre otros interesantes proyectos de colaboración que ambas actualmente barajan.

La venta de Williams, en cualquier caso, no se presenta fácil para el Patrimonio del Estado, a pesar de haber sido ya saneada. Al 31 de diciembre pasado, la sociedad arrojaba un neto patrimonial positivo de 1.362,5 millones de pesetas, con una cifra de acreedores de 2.770 millones de pesetas. Fuentes del sector valoran que su cifra de ventas es muy corta (1. 136,5 millones en 1986), con una plantilla de 245 personas, cuyos salarios se comen más de la mitad de dichas ventas. Los gastos de explotación fueron el pasado año de 1.534,4 millones, y los financieros, de 377,3 millones. Una de las condiciones exigidas por el Estado para la reprivatización es que la plantilla no se podrá reducir en un plazo de tres años, y tampoco se podrán vender activos de la sociedad en dicho período. Fuentes del sector estiman en 3.000 millones de pesetas la cifra necesaria para poner a Williams a plena máquina, siendo de esperar tres años de pérdidas. Nadie duda, en cualquier caso, que la presencia del Patrimonio tanto en Williams como en Tabacalera será decisiva para que la familia Osborne y Cándido Velázquez, presidente del monopolio, se pongan a tiro con una oferta aceptable.

Improasa ha iniciado ya la tarca de homogeneizar y valorar las ofertas e iniciar la negociación con las finalistas.

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