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Los países de la CE y Centroamérica reiteran su pleno respaldo a Contadora

La conferencia de ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad Europea (CE), los cinco de Centroamérica y los cuatro del Grupo de Contadora (México, Colombia, Venezuela y Panamá) comenzó ayer en Guatemala con un apoyo decidido a las gestiones de Contadora en busca de la paz. La cumbre, denominada San José III, ha resultado devaluada por las ausencias significativas de casi todos los ministros de Exteriores de la CE, con las excepciones de España, Holanda, Bélgica (que preside la CE este semestre) y Dinamarca.

La mayoría de los países comunitarios han enviado a sus segundos hombres, e incluso los terceros en algún caso, como el de la República Federal de Alemania. Estas ausencias son sintomáticas de la escasa influencia que tiene Europa en Centroamérica y las pocas posibilidades de la CE para constituir un mínimo contrapeso a la política de Estados Unidos, que considera la región centro americana como su patio trasero. De esta forma descarnada lo manifestó recientemente en su gira europea el enviado especial del presidente Ronald Reagan para Centroamérica, Philip Habib.En la inauguración de la conferencia, ayer en Guatemala, el representante de la Comisión Europea, Claude Cheysson, señaló que la ayuda comunitaria a Centroamérica alcanza los 150 millones de dólares anuales (no llega a 20.000 millones de pesetas). Este cálculo parece incluso optimista. Entre la jungla de números de los presupuestos comunitarios algunos calculan que la cantidad no rebasa los 100 millones de dólares (13,000 millones de pesetas). Un periódico guatemalteco comentaba ayer que esta cifra es lo que EE UU destinará este año a la contra antisandinista.

Recientemente, un embajador español en la zona sintetizaba a este periódico el sentir de los dirigentes centroamericanos, reflejado en una frase que le había dicho un alto funcionario gubernamental: "Mire usted, las declaraciones de solidaridad de Europa están muy bien, pero toda ayuda que no se refleje en el presupuesto es pura demagogia".

La fuerza de lo fáctico

Las esperanzas de los presidentes centroamericanos que llegaron al poder por vía democrática el año pasado de conseguir al menos diversificar la dependencia y tratar de romper la soberanía limitada, impuesta de hecho por Estados Unidos, han quedado rápidamente postergadas en los primeros meses de mandato ante la apabullante fuerza de lo fáctico.

Las pequeñas repúblicas de América Central apenas pueden subsistir sin la ayuda económica norteamericana y, como dice el refrán: "El que paga el marlachi, escoge la canción".

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Entre bastidores se discutía todavía en la tarde de ayer, sin llegar a un acuerdo, sobre el comunicado final de la conferencia, que concluirá esta noche (madrugada del miércoles en España). Había desacuerdos sobre puntos como la definición de democracia y la postura ante la ayuda a la contra. Desde antes del comienzo de la conferencia ya estaba latente este conflicto.

Para complicar las cosas, están actualmente sobre el tapete dos planes de paz para Centroamérica: el de Contadora, presentado en Panamá el pasado junio, y la nueva iniciativa del presidente Óscar Arias, de Costa Rica.

El portavoz de la CE, el ministro belga de Exteriores, Leo Tindemans, actual presidente del Consejo Europeo, manifestó abiertamente el apoyo a las gestiones de Contadora y a la declaración de enero de 1986 en Carabayeda (Venezuela). Parecía que los europeos tratasen de obligar a los centro americanos, que últimamente se oponen más o menos bajo cuerda a la subsistencia de Contadora. Tindemans recordó en su discurso de ayer que los países de Centroamérica habían manifestado su apoyo unánime a la declaración de Carabayeda y al Grupo de Contadora en la reunión de Esquipulas (Guatemala), celebrada el año pasado.

En el acto de apertura de San José III llamó la atención que intervinieran los representantes de la CE, Tindemans y Cheysson, el canciller venezolano Simón Consalvi, en nombre del Grupo de Contadora, y el presidente de Guatemala, Vinicio Cerezo, como anfitrión; pero no tomó la palabra ningún portavoz de los países centroamericanos. Parece como si los centroamericanos del llamado bloque de Tegucigalpa (Honduras, El Salvador y Costa Rica) tratasen de poner de manifiesto que es imposible hablar con una sola voz, dada la presencia de Nicaragua.

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