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Reportaje:Entrar en Madrid / y 3

200.000 viajeros utilizan diariamente 833 trenes de cercanías

Los momentos de máxima afluencia condicionan el horario de muchas personas

EL PAÍS, El tren de Fuenlabrada a Atocha tarda media hora en recorrer 22 kilómetros y seis estaciones. "En Leganés o en Zarzaquemada tienen que subir a empujones y apretarse como sardinas". Francisco Ramírez es de los viajeros que no pasan una; es raro el día que no escribe una queja en el libro de reclamaciones, ya que "quedan muchas deficiencias que subsanar en el servicio: suciedad, cristales rotos y últimamente antipatía y mal trato del personal". Este viajero insobornable tiene pendiente un juicio con un interventor en ruta, al que acusa de cancelarle un billete de ida y vuelta dentro del horario reglamentario.

Ramírez va al apeadero de La Serna, en Fuenlabrada, a las 6.10. "A esa hora ya está lleno el andén y hay que empezar a situarse y buscar una buena posición. La experiencia te dice por dónde puede quedar una puerta cuando para el tren". Su hora de entrada al trabajo en Madrid es las 7.45, pero a pesar de,la hora y media de margen tiene cientos de justificantes de retraso firmados por los jefes de estación. "Aunque últimamente han mejorado mucho en puntualidad, hemos llegado a ,soportar retrasos de media y hasta una hora casi diarios. Me consta", dice, "que algunas personas han llegado a perder su trabajo a causa de los. continuos retrasos".

Jugarse el tipo

Más odisea supone a Féliz Gómez, impedido de una pierna desde que sufrió un accidente de circulación: "Para muchos disminuidos", explica, "es prácticamente imposible coger el tren en las horas punta sin riesgo para la integridad física". Las horas de máxima afluencia de público condicionan el horario de muchas de estas personas, que han de jugarse el tipo para subir al tren y salir triunfantes del mare mágnum de codazos, empujones y hasta golpe del andén. "O evitas las horas punta o te vas a la primera estación y esperas hasta encontrar un vagón sernivacío".

Félix, vendedor de cupones de la ONCE, tiene más suerte que otros compañeros, ya que puede elegir el horario de traslado a Madrid. "Voy generalmente a las tres de la tarde e intento no coincidir con el regreso masivo de los trabajadores". Pero los problemas no se acaban con la subida al vagón. "Es difícil encontrar un asiento, no sólo porque no hay mucha gente que se preste a cederlo, sino que es imposible siquiera alcanzar en ocasiones el interior del vagón".

En la actualidad, entre Madrid y Parla, circulan 64 trenes en días laborables, con una cadencia de trenes en horas punta de 20 minutos. El transporte medio de viajeros es 15.000 diarios. Entre Fuenlabrada y Madrid, circulan 82 trenes, con una cadencia en horas punta de 15 minutos. El transporte de viajeros es de 36.000 al día.

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Sin embargo, el mayor número de viajeros (54.000) es el que utiliza los 128 trenes que hacen el recorrido Madrid-Alcalá de Henares, de los que 86 van a Guadalajara. A esta línea le sigue Laguna-Villaviciosa que, con sus 272 trenes, traslada diariamente 52.000 viajeros.

El resto de las líneas de trenes de cercanías en la región madrileña es el siguiente: Príncipe Pío-Pinar de las Rozas (5.500 viajeros y 74 trenes); Atocha-El Escorial y AtochaCercedilla, 7.750 viajeros y 49 trenes, y 5.800 viajeros y 34 trenes, respectivamente; Atocha-Aranjuez, con 66 trenes y 11.000 viajeros y Chamartín-Cantoblanco que sólo funciona en días lectivos con 60 viajes que trasladan a 12.500 estudiantes universitarios.

Las protestas por los continuos retrasos que sufren los viajeros de los trenes de cercanías, fundamentalmente los de los pueblos del sur del área metropolitana, originaron una ola de protestas en los primeros meses del año, que culminaron el 3 de abril, cuando más de 500 enfurecidos pasajeros causaron grandes destrozos en la estación de Atocha y paralizaron todo el tráfico ferroviario durante casi dos horas.

Tres meses más tarde, Renfe subsanaba, en parte, los tapones que se producían en las líneas del noroeste de Madrid al ampliar las vías del tren.

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