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Un 'número dos' de primera

., Jeffrey Archer, uno de los autores más vendidos en el mundo de habla inglesa y vicepresidente hasta ayer del Partido Conservador, es un político de ida y vuelta, un típico self-made man (hombre hecho a sí mismo) que hasta ahora ha conseguido levantarse, como el ave fénix, de sus cenizas.

Su dimisión como número dos del partido de Margaret Thatcher no es un acontecimiento nuevo en su vida política. Hace 12 años, y como consecuencia de la quiebra de su compañía, Archer tuvo que renunciar a su escaño después de haber sido el diputado más joven de la Cámara de los Comunes. Jeffrey Archer, que siempre ha sido conocido entre sus amistades como un luchador de primera, nació en el condado de Somerset en 1940. Hijo único, sus padres le enviaron a Oxford, donde enseguida sobresalió en atletismo y donde se hizo famoso entre sus compañeros por querer siempre destacar entre los demás a base de esfuerzo y de trabajo. Archer, que siguió los cursos universitarios de Ciencias de la Educación, no llegó, sin embargo, a licenciarse.

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A los 29 años, ingresó en el Parlamento, después de haber alcanzado fama por las campañas benéficas para conseguir dinero a través de una compañía de publicidad, la Arrow Entreprises. El hundimiento de una empresa asociada canadiense llevó a Arrow Entreprises a la bancarrota, con unas deudas cercanas a los 100 millones de libras (unos 19.000 millones de pesetas). Esta situación obligó a Archer a renunciar a su escaño en las elecciones de 1974 y a dedicarse a reunir el dinero necesario para pagar sus deudas. La novela de política ficción se convirtió en una mina para Archer.

Tras un éxito inicial extraordinario con Ni un penique más ni un penique menos, Archer escribió Primero entre iguales y Una cuestión de honor, hasta ahora su última novela, y que le ha reportado unos 1.000 millones de pesetas por derechos de autor. En 1985 fue nombrado vicepresidente del Partido Conservador con el encargo de levantar la moral de los afiliados.

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