_
_
_
_
_
RELIGIÓN

Una comisión de cardenales pide ayuda económica urgente para el Vaticano

Juan Arias

Los 15 cardenales pertenecientes a los cinco continentes que forman la comisión especial encargada, por voluntad del papa Wojtyla, de controlar la actividad financiera de la Santa Sede, han hecho público ayer un comunicado oficial en el que se hace una llamada a los católicos sobre "la necesidad urgente de una mayor ayuda económica" al Vaticano.

Los cardenales —entre los que figura el arzobispo de Barcelona, Narcis Jubany—, que en dicho documento afirman que el déficit de la Santa Sede en 1985 ha sido de 6.500 millones de pesetas, explican que los fieles deben ayudar al Papa por dos motivos: primero, "por amor filial hacia la Iglesia", y segundo, "como respuesta a un auténtico deber cristiano".

De los más de 14.000 millones de pesetas gastados por la Santa Sede el año pasado, el 54 fue dedicado a pagar los sueldos de los 2.281 empleados (la mayor parte religiosos) y de los 925 jubilados.

Las ofrendas que cada año llegan al Papa de los fieles de todo el mundo, este año de 4.800 millones de pesetas, dicen los cardenales, ya no bastan para cubrir gastos y ahora la Santa Sede "depende exclusivamente de la generosidad de los fieles".

Por lo que se refiere a lo que los cardenales llaman "presunta riqueza del Vaticano", el comunicado explica que se trata sobre todo de monumentos y obras de arte que pertenecen en realidad a todo el mundo, y dicen que el Papa, para hacer frente a los gastos de la curia y de las nunciaturas apostólicas de todo el mundo, se ha visto constreñido a echar mano "del flaco patrimonio acumulado en el pasado".

Superávit

La que resulta, sin embargo, positiva es la actividad de la ciudad del Vaticano, es decir, lo que se gana con los turistas que visitan los museos, con la venta de sellos y las medallas pontificias. Dicha actividad financiera ha supuesto unas entradas en 1985 de 7.000 millones de pesetas, con unas ganancias netas de cerca de 24, 5 millones de pesetas.

Para 1986 el Vaticano tiene, previsto ingresar cerca de 7.200 millones de pesetas y gastar más de 15.000 millones, lo que supone un déficit superior a sus ingresos en 7.800 millones de pesetas, una carga considerable para las finanzas vaticanas.

El comunicado acaba diciendo que los cardenales, tras haber estudiado con responsabilidad los documentos que les han sido entregados, juzgan que dicho balance financiero de la Santa Sede "se mantiene dentro de los límites de la austeridad" y que, por tanto, "no es susceptible de reducciones sustanciales".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_