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RELIGIÓN

Óscar Alzaga pide a los cristianos que participen más en la política

Francesc Valls

El presidente del Partido Demócrta Popular (PDP), Óscar Alzaga, reclamó ayer mayor compromiso de los cristianos en la vida social y política. "En España los cristianos aún tienen que vencer su alergia a la participación política", dijo el dirigente democristiano, que ayer participó en una mesa redonda sobre la relación Iglesia, sociedad y Estado en España. El acto se desarrolló ante más de 1.000 personas que asistían a las sesiones de ayer del VI Congreso de Teología, que se celebra desde el pasado día 10 y termina mañana, domingo, en Madrid.

Óscar Alzaga afirmó en su intervención que el conjunto de la Iglesia debe tener en cuenta que del Evangelio no se deriva ideología política alguna. El dirigente democristiano consideró, sin embargo, lógico el hecho de que un cristiano buscara con sus actos una proyección política de su fe. Incluso recordó la frase del teólogo Jacques Maritain en la que el pensador francés afirmaba que las raíces de la democracia están en el Evangelio.

Junto a Óscar Alzaga participaron en la mesa redonda los teólogos José Antonio Gimbernat, miembro del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas; Juan José Tamayo, de la Asociación de Teólogos Juan XXIII; José Miguel Oriol, director de Editorial Encuentro e impulsor de Comunión y Liberación, y el director general de asuntos religiosos, Ricardo Zalacaín.

Persuasión, no coacción

Tanto Óscar Alzaga como José Antonio Gimbernat coincidieron en que es lícito que los grupos cristianos se manifiesten. "Ante este hecho", señaló Gimbernat, "el Estado se expresa en ocasiones hipersensiblemente". El teólogo recordó, sin embargo, que algunos sectores eclesiásticos todavía aspiran "a que se respire en católico", mientras que el papel de la Iglesia ha de ser, en su opinión, persuasivo y no coactivo. "En ocasiones la jerarquía se ha expresado sobre la vida política sin representar a la mayoría de los cristianos", añadió Gimbernat.En otra dirección se expresó José Miguel Oriol, impulsor de Comunión y Liberación, quien planteó la situación como la lucha entre la sociedad civil y el Estado. Oriol dijo que católicos y comunistas han sido los grandes artífices del cambio democrático, pero que ahora "hay mucho anticlerical oportunista subido al carro del poder". En su intervención calificó al Concilio Vaticano II de "acontecimiento mayor de la historia de España en los últimos tiempos". El impulsor de Comunión y Liberación consideró el concilio como un ajuste de cuentas con el Estado moderno, al que acusó de tener la tentación de vivirse a sí mismo, cada vez de forma más autónoma. "Sólo viviendo visiblemente en la Iglesia contribuiremos al bien común", concluyó Oriol.

El turno de intervenciones fue cerrado por el director general de asuntos religiosos, Ricardo Zalacaín, quien expuso la situación de la Iglesia católica y de las demás confesiones existentes en España.

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