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El padre de Ochoa afirma que hijo es inocente

Antonio Caño

Jorge Luis Ochoa pertenece a una antigua familia de terratenientes y ganaderos de Medellín, poseedora todavía de una de las mejores cuadras de caballos del mundo.Su padre, Fabio Ochoa, uno de los hombres más ricos e influyentes de la capital antioqueña, pide a España que entregue a su hijo a Colombia, donde, según él, sólo podría ser juzgado por un delito de contrabando de ganado. Fabio Ochoa afirma que su hijo es inocente de los cargos que se le imputan y que así ha sido reconocido en los ocho procesos que se han seguido contra él en Colombia.

Vestido con pantalón, camisa, zapatos y sombrero blanco, Fabio Ochoa, don Fabio, como se le llama, revisa en las cuadras de la Asociación de Cabailistas de Antioquía las fotos que han hecho en la presentación de sus mejores potros. Junto a él esta su mujer, y cerca, una docena de hombres jóvenes, cuidadores de los caballos y de la seguridad de don Fabio, que siguen en la televisión un partido de fútbol. Éste es uno de los pocos sitios donde se le puede ver fuera de su finca, situada en una loma próxima a Medellín. Está deseoso por hablar de su hijo detenido en España. "Con nuestro querido hijo Jorge se han cometido las injusticias más inhumanas que haya sufrido una persona. Le han inventado cantidad de chismes, de calumnias".

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"Calumnias"

"Han dicho que ha estado cargando aviones en Nicaragua, cuando él no conoce Nicaragua. Si es, como dice la mala prensa, un narcotraficante a gran escala, ¿cómo él mismo se va a ir a cargar los aviones a Nicaragua? Para eso hay trabajadores. Eso son calumnias. Luego, en España se han ensafiado con él. Lo han maltratado, lo han martirizado, lo han humillado. Y ojalá que no lo manden para Estados Unidos, porque allí lo martirizarían aún más".Fabio Ochoa cree que su hijo es el chivo expiatorio de toda la familia, a la que se atacó después del asesinato, en 1983, del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, del que se le culpó como autor intelectual. Don Fabio fue detenido y encarcelado algunos meses por tenencia ilícita de armas. Así recuerda esos días: "Fueron a mi casa las fuerzas armadas de la cuarta brigada a irrespetar mi hogar, nos quitaron las armas amparadas y se las robaron. A estas horas todavía no las han devuelto. Me condenaron a mí a un año de cárcel. Me llevaron junto con un grupo, dé grandes narcotraficantes; el único que no era narcotraficante era yo, que nunca he negociado con eso. Luego esos señores (el ejército) recibieron grandes cantidades de los narcotraficantes y los soltaron. Del único que no quisieron recibir fue de mi persona". Los tres hijos de don Fabio fueron también procesados y absueltos por este caso.

El padre de Jorge Luis Ochoa dice que "el único que ha podido hablar mal" de su hijo ha sido "un gringo que era un bandido, un prófugo, un narcotraficante de verdad, con los antecedentes más bárbaros. En Estados Unidos le dijeron que le pondrían en libertad para que hablara contra mi hijo".

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La familia Ochoa apareció por primera vez en las páginas de los periódicos en 1982, cuando el grupo guerrillero Movimiento Diecinueve de Abril (M-19) secuestró a una de las hijas de don Fabio, Blanca Nieves, que entonces era estudiante en la Universidad. Se asegura en Medellín que Fabio Ochoa lanzó entonces una guerra a muerte contra el M-19. Creó un grupo paramilitar del que después surgiría el temible Movimiento Anti Secuestros (MAS); presionó por todos los medios sobre familiares y personas relacionadas con el M-19 hasta que obtuvo la libertad de su hija.

Ola de violencia

En esos días hubo en Medellín más de 20 secuestros de dirigentes sindicales o personajes considerados próximos al M-19. "Anduvimos por toda Colombia buscándolo", dice Fablo Ochoa. En las últimas semanas se ha registrado una nueva ola de violencia en Medellín durante la que han muerto un yerno de Fabio Ochoa y varias personas a las que supone conectadas con el narcotráfico. Un especialista en el tema de las drogas cree que estos últimos asesinatos son parte de la guerra entre narcotraficantes grandes y medianos que se desató en Colombia tras la muerte de Lara Bonilla. Desde entonces, los mafiosos más pequeños ocuparon el espacio dejado vacante por los grandes al huir. En los últimos meses, sin embargo, muchos de los narcotraficantes más conocidos vuelven a ocuparse de sus negocios en Colombia e intentan recuperar el espacio perdido. Fabio Ochoa cree que la última ola de asesinatos se debe atribuir a "Ia delincuencia común".Como medida precautoria, los Ochoa se han refugiado en su casa de la loma y han enviado a las mujeres a España, donde además han abierto una oficina de seguimiento del caso de Jorge Luis. Fabio Ochoa cree que España debería poner a su hijo en libertad y dejarlo vivir en España "para que haga inversiones allá, para que dé trabajo a mucha gente". Y en el caso de que conceda la extradición, lo haga "para Colombia, para su tierra".

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