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Los pescadores gallegos, molestos por haber regresado sin barcos ni capitanes

Los pescadores de los barcos apresados por dos patrulleras canadienses el pasado 24 de mayo regresaron ayer a Españá después de permanecer desde esta fecha en Saint John's (Terranova). Nada más llegar a la terminal del aeropuerto madrileño de Barajas, donde les esperaban el director general de Asuntos Consulares, Rafael Pastor Ridruejo, y una treintena de periodistas, los 34 hombres del Amelia Meirama y del Julio Molina expresaron su contrariedad por haber regresado "sin los barcos, sin la pesca y sin los capitanes". Prácticamente todos los pescadores coincidieron en afirmar que la detención fue una injusticia, puesto que se encontraban en aguas internacionales, fuera del límite de las 200 millas.

Los dos capitanes, Jesús Romero y Salvador Omil, tendrán que permanecer en Canadá hasta que los armadores paguen al menos un millón de pesetas del total de 12 millones de fianza. También quedaron allí los barcos y las 20 toneladas de pesca, que, según explicó el marinero Roberto Blach, "a este paso se van a pudrir". Blach, de 53 años, lleva embarcado en uno de los barcos apresados desde hace 21 años.

Los piratas tramposos

"Aquello parecía el desembarco de Normandía, con metralletas apuntándonos y hasta bombas de humo", comentó José Rivas Molina, segundo maquinista del Julio Molina, a la hora de describir el apresamiento.Varios marineros criticaron el comportamiento de los armadores, de quienes dijeron que eran "unos piratas y unos tramposos". Salvador Correa Meirama y su sobrino José Luis Molina Correa se han declarado insolventes y en estos momentos tratan de conseguir que el Estado se haga cargo de las fianzas de los capitanes, de la pesca incautada y de los buques. El dinero que tendrán que aportar para recuperar los pesqueros, que tienen una antigüedad de 21 años, asciende a 70 millones de pesetas.

Sin embargo, los pescadores consideran prioritaria la recuperación de los barcos para comenzar a trabajar de nuevo. El sueldo medio de los marineros oscila entre las 50.000 pesetas y las 100.000 pesetas, dijo Baldomero Rodríguez, de 51 años, que trabaja en la mar desde los 29 años. "El sueldo base", continuó explicando, "es muy bajo, pero tenemos la compensación de 3.000 pesetas de cada millón de pesetas que se saca de lo que pescamos".

Manuel Castillo, sin perder el sentido del humor, explicó que habían permanecido los 10 días, desde que su barco fue apresado, en un hotel, "concentrados como si fuéramos futbolistas de la selección española". Sin embargo, aunque están satisfechos de la actuación de los diplomáticos españoles, explicaron que durante estos días les faltó, dinero.

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"Mujer, espérame en casa, que los de la Marina me han dicho que me van a acercar", repetía un pescador que mantenía una conversación por teléfono desde el aeropuerto, horas antes de que tomara el avión que le iba a desplazar a Vigo. "¿Qué si tengo ganas de llegar? No te lo imaginas", decía otro de los pescadores que, al igual que sus compañeros, salió de su casa "el día 12 hará tres meses". Los tripulantes salieron horas más tarde hacia Santiago y Vigo; cinco de ellos acababan de llegar a Bilbao en vuelo directo desde Londres.

El Instituto Social de la Marina, en colaboración con el Minísterio de Asuntos Exteriores, ha costeado el importe de la repatriación de los tripulantes del Julio Molina y del Amelia Meirama, que costado cuatro millones de pesetas.

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