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Torneo de tenis de Roland Garros

Becker aprovecha una interrupción para ganar a Sánchez Vicario

Alex Martínez Roig

El español Emilio Sánchez Vicario perdió ayer frente al alemán Boris Becker por 6-0, 4-6, 4-6, 6-4 y 6-2 en los octavos de final M torneo de tenis de Roland Garros. Emilio, tuvo a Becker agarrado M cuello contra las cuerdas, pero cuando se disponía a ahogarle el alemán pidió un descanso por la llovizna que caía sobre París. Emilio ganaba entonces por 0-6, 6-4, 6-4 y 4-4 y el saque a su favor. En la reanudación ya no pudo ganar más que dos juegos frente a ocho de Becker.

A las 19.50 horas, cuando hacia media hora que lloviznaba sobre la pista central de Roland Garros, Boris Becker protestó por el supuesto estado resbaladizo de la pista, y provocó la suspensión momentánea del encuentro. Fue una buena estratagema. Becker, dominado por el juego más regular del español hasta ese momento, evitó entrar en los momentos decisiovs del cuarto set con un rival crecido y seguro de sí mismo. El pícaro Ion Tiriac, el rumano que dirige la economía de Becker, le dio la orden desde la grada, y el adolescente alemán se olvidó por un momento de la valentía propia en él y pidió el aplazamiento, quizá pensando que la misma táctica le sirvió frente al norteamericano Telstcher en la ronda anterior. Acertó de nuevo. El partido estuvo dividido en tres fases distintas. En la primera, Becker salió a la pista como una moto, como si se tratase de una réplica tenística de la guerra relámpago del Ejército alemán. Todo le salía bien. Parecía querer vengarse pronto de su derrota frente a Sánchez Vicario en los cuartos de final del último torneo de Roma. Con un, primer servicio demoledor y golpes muy profundos y veloces desde el fondo, avasalló por completo a Emilio en la primera manga, que sólo duró 22 minutos.En el segundo set comenzó el dominio del español. Emilio tomó ventaja porque tuvo paciencia y supo esperar que pasase el chaparrón de tenis agresivo. Becker ya no era tan seguro; iba de un lado a otro golpeando desesperadamente las bolas, con los ojos cerrados. En la segunda y tercera manga Becker no supo soportar la tensión en los momentos clave y perdió su servicio en los últimos juegos de ambas mangas. Por eso Tiriac: le indicó que pidiese la suspensión momentánea del partido. El parón fue un acierto táctico para el alemán y una desgracia para el español. Becker había abandonado la pista con el rostro congestionado, cansado psicológicamente; volvió a ella cargado de ambición y con unas instrucciones muy claras: meter la bola en la pista y esperar la oportunidad para buscar golpes ganadores.

El Emilio que volvió a la pista ya no era el mismo de antes. En el vestuario se había dejado olvidado el ritmo, la concentración y la paciencia, y, con el cuarto set que cedió inmediatamente, la ilusión por ganar. A partir de entonces, y con el público abucheando a Becker continuamente, Emilio deambuló por la pista con el cerebro cegado por una nube de ansias de venganza. Y para ganar en un torneo como éste y a un jugador como Becker, hay que olvidarse completamente de todas las cuestiones externas y centrarse en el tenis. Emilio no fue capaz de ello.

En el resto de la jornada destaca la eliminación del argentino Martín Jaite, undécimo cabeza de serie, que perdió ante el sueco Pernfors por 6-1, 3-6, 7-6 y 7-6. Pernfors se enfrentará a Becker en cuartos de final. El francés Leconte ganó al argentino De la Peña por 6-1, 6-1 y 6-2, y jugará ahora contra el soviético Chesnokov que venció al mexicano Maciel por 6-4, 6-1, 4-6 y 61.

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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