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Confidente policial declara que mató por accidente a uno de los asesinos de Brouard

Miguel Ángel López Ocaña, un heroinómano que afirma ser confidente de la policía y que se encuentra detenido en la prisión de Carabanchel (Madrid), declaró en octubre del año pasado en Bilbao haber dado muerte de forma accidental a un cuñado suyo, Alberto Granados, que, según este testimonio, habría intervenido directamente en el asesinato del dirigente de Herri Batasuna Santiago Brouard, el 20 de noviembre de 1984. Medios judiciales ligados a la investigación descartan la participación material de Granados.López Ocaña aseguró en el juzgado de Bilbao que trabajaba como confidente para la policía, que tras detenerlo por un asunto de heroína le propuso "quedar limpio" si colaboraba. Añadió que Granados, hermano de su esposa, implicado en actividades de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), le propuso ejecutar a "un médico etarra", servicio que le sería retribuido con heroína. López Ocaña afirma haber rechazado la oferta.

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