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Exteriores prevé la puesta en libertad de Peciña para dentro de un mes

El capitán del buque Izarra, José Luis Peciña, que se encuentra preso en Nigeria desde hace casi dos años por dos delitos de contrabando de gasóleo, puede ser puesto en libertad en el plazo de un mes, "todo lo más, mes y medio", según confirmaron ayer fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. Todo depende del acuerdo que en breve plazo debe adoptar el Consejo Supremo Militar de Nigeria, que es el encargado de revisar los procesos entablados bajo leyes de excepción del anterior régimen, presidido por el derrocado Mohamed Buhari. Las dos soluciones en las que confian tanto el embajador español en el país africano, José Luis Fernández de Castillejo, como el director de Asuntos Consulares, Rafael Pastor Ridruejo, son que Peciña, condenado a 25 años de prisión, vuelva a España bien mediante una puesta enlibertad, bien mediante una expulsión. Esta segunda opción daría al caso una resolución más política, según las mismas fuentes.

Éstas se mostraron cautelosas respecto al interés que ha desatado en los medios de comunicación el asunto Peciña, explicando que, "si los nigerianos se sintieran heridos por cualquier declaración, podría suponer un retraso en la resolución del caso".

Los argumentos que defiende la diplomacia española para conseguir el indulto del capitán se basan en que la condena fue posible por la aplicación de una legislación de excepción, como era el decreto número 20 de 1984 sobre delitos varios.

Las leyes de excepción vigentes en Nigeria cuando el capitán Peciña fue condenado eran de las pocas existentes dentro del derecho internacional que preveían la "retroactividad de las penas". Éste ha sido uno de los motivos por los que ha sido revisado el proceso, según las fuentes anteriormente citadas. Éstas añadieron, a modo de ejemplo, que, junto con la pena impuesta al capitán Peciña, ha sido estudiada otra, que condenó a un joven a 21 años de prisión por la sustracción de los temas de un examen académico.

El caso Peciña ya ha sido revisado por una comisión mixta nigeriana, compuesta por cinco miembros, entre jueces y funcionarios. Esta comisión envió su dictamen al Gobierno nigeriano para que lo transmita al Consejo Superior Militar, que tiene la última palabra sobre el futuro del capitán español. Aunque en Exteriores todavía no se ha recibido la decisión final, altos cargos del ministerio se mostraron optimistas respecto a que el asunto concluya felizmente.

Desde que Peciña fue detenido, en junio de 1984, acusado de contrabando de gasóleo, su situación ha atravesado momentos preocupantes, como cuando fue condenado a muerte por el anterior régimen. En aquella ocasión intervino, además del presidente del Gobierno español, Felipe González, el rey Juan Carlos, quien, por medio del teniente general Díaz-Alegría, envió una carta a Mohamed Buhari solicitándole el indulto.

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En marzo de 1985 la pena capital le fue conmutada por 25 años de cárcel. La situación del capitán del Izarra ha sido seguida directamente por su esposa, Teresa Ruiz de Gordejuela, que se desplaza regularmente, acompañada por alguna de sus dos hijas, desde Bilbao a Port Harcourt, ciudad en la que está recluido su marido.

El embajador español en Nigeria ha realizado varias visitas a Peciña para interesarse por su salud, que ha sufrido altibajos.

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