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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Las elecciones de Chipre

LAS ELECCIONES parlamentarias que han tenido lugar el domingo pasado en Chipre no han sido unas elecciones corrientes. Los dos partidos mayoritarios, el derechista Rally y el comunista Akel, provocaron la disolución del Parlamento anterior con un objetivo concreto: alcanzar juntos, gracias a unas elecciones anticipadas, una mayoría de dos tercios en el nuevo Parlamento para poder así modificar la Constitución y obligar al presidente de la República, Spyros Kiprianu, a abandonar su cargo sin esperar a 1988, fecha en la que termina su mandato. Las elecciones tenían que dirimir el conflicto que ha surgido, en el curso del año 1985, entre el presidente de la República y la mayoría del Parlamento.¿Cuál es el contenido concreto de dicho conflicto? Chipre cuenta con una población en su mayoría griega -cerca del 80%- y con una fuerte minoría turca. Desde la independencia de Chipre, en 1960, las relaciones entre las dos poblaciones han sido muy conflictivas, con momentos de verdadera guerra civil. En 1974, frente a un intento de golpe de los militares griegos, Turquía desembarcó tropas en el norte de la isla y estableció una partición de hecho de ésta, con lo cual unos 200.000 griegos fueron expulsados hacia el sur en condiciones inhumanas. En 1983, Rauf Denktash, dirigente de la comunidad turca de Chipre, dio un paso más: proclamó, en la parte ocupada por las tropas turcas, una República del Norte de Chipre, estableciendo su capital en Kyrenia. A pesar de los esfuerzos del Gobierno de Ankara, ningún Estado, con la excepción de la propia Turquía, ha reconocido a la presunta República de Kyrenia.

Las Naciones Unidas no se han limitado a condenar de manera neta la acción unilateral de Turquía. Desde ellas se ha propuesto una solución susceptible de devolver a la isla una existencia estatal unificada. Se trataría de crear una federación flexible de los dos Estados actualmente existentes, otorgando en ese marco un lugar preponderante a la mayoría griega, si bien con garantías para la minoría. A principios de 1985, el secretario general de la ONU sometió ese plan a los representantes de las dos comunidades, pero el presidente Kyprianu adoptó una posición intransigente, exigiendo como condición previa la retirada de las tropas turcas. Las negociaciones fracasaron, y de ahí nace el conflicto que las últimas elecciones debían dirimir.

¿Por qué coinciden los derechistas del partido Rally con los comunistas de Akel en una actitud favorable a la negociación sobre la base del proyecto de la ONU? Es probable que para Akel, con lazos muy estrechos con la URSS, el factor predominante sea lograr un Chipre unido con una política de no alineamiento en esa parte del Mediterráneo, tan delicada en el plano estratégico. Por otra parte, la derecha chipriota, más sensible a la influencia de EE UU, no está interesada hoy en favorecer unos vínculos excesivos con Grecia, sobre todo teniendo en cuenta el papel del PASOK y de Andreas Papandreu.

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En cualquier caso, los resultados de las elecciones del domingo han significado el fracaso de los intentos de desplazar al presidente Kyprianu. Él ha sido el principal ganador, ya que los votos recogidos por su partido han pasado del 19,5% al 27,5%. Los socialistas del EDEK, que apoyan su posición, han logrado asimismo un avance sustancial. A pesar de un pequeño progreso de la derecha, el serio descenso comunista, del 33% al 27%, significa un retroceso global de la representación parlamentaria de los enemigos de Kyprianu. Por tanto, es ya imposible que se alcance la mayoría de dos tercios, imprescindible para reformar la Constitución. Las elecciones han reflejado el despertar y consolidación de un nacionalismo grecochipriota -enraizado en largos años de lucha por liberar a Chipre del colonialismo británico- y un retroceso de las actitudes que, con una u otra ideología, ponen en primer plano la recuperación de la unidad de la isla. Indirectamente, este resultado puede ayudar a la política secesionista turca, deseosa de prolongar la actual situación.

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