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Ernest Lluch alcanza un acuerdo verbal con el Gobierno vasco sobre la ley de Sanidad

El ministro de Sanidad y Consumo, Ernest Lluch, y el consejero de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social del Gobierno vasco, Imanol Azúa, firmaron ayer un acuerdo verbal por el que la Minoría Vasca apoya el borrador de ley general de Sanidad a cambio de la introducción de una serie de enmiendas que dotan a las comunidades autónomas de una mayor capacidad organizativa en sus servicios sanitarios. La ley de Sanidad comenzó a debatirse ayer en comisión por el Congreso de los Diputados.

El ministro de Sanidad indicó que los acuerdos se estudiaron el pasado lunes, en el transcurso de una reunión entre el propio Lluch y su asesor ejecutivo, Pedro Mansilla, con Imanol Azúa y José Goirena, viceconsejero de sanidad del Gobierno vasco. Sin embargo, el acuerdo no fue firme hasta ayer por la mañana, cuando, según aseguró Lluch, "nos dimos la firma por teléfono".En opinión del ministro de Sanidad, "este acuerdo demuestra que el método de no confrontación es eficaz". En contraposición, citó el tono de las negociaciones con la Generalitat de Cataluña, con contínuos enfrentamientos verbales, y dijo que con el Gobierno vasco "las negociaciones han sido discretas, tranquilas. Las conversaciones se iniciaron hace mucho tiempo, aunque intentamos que no se enterase nadie para evitar enfrentamientos".

Los pactos alcanzados ahora son, en palabras del ministro, "la recta final de la negociación, que se resume en cinco puntos. Pero previamente nos habíamos puesto de acuerdo en bastantes temas". Entre las enmiendas introducidas por la Minoría Vasca destaca la que se refiere al artículo 2 de la ley General de Sanidad. Dos artículos que en el borrador eran básicos serán ahora competencia de las comunidades autónomas, al dejar de ser básicos.

Otro de los puntos es el que recoge que la igualdad de acceso a la sanidad pública no quedará garantizada únicamente por la inversión, sino también por el gasto. Asimismo, se introduce una modificación en la elaboración de los planes de salud y el intercambio de información sanitaria que, en opinión de los representantes del ministerio no era la adecuada por parte de las autonomías.

En cuanto a la Seguridad Social, no se alcanza ningún acuerdo acerca de la discrepancia entre caja única o caja separada, pero tampoco se prejuzga nada en este sentido, dejando la discusión para más adelante, en el marco de otro tipo de negociación de política general. Por otra parte, se establece que la educación del personal sanitario compete a los ministerios de Educación y Ciencia y Sanidad y Consumo al mismo tiempo, pero respetando las prerrogativas de Educación en lo que se refiere a la homologación de títulos.

El portavoz del Grupo Popular, Carlos Ruiz Soto, dijo ayer que su partido quería colaborar en la mejora del texto y destacó las enmiendas de su grupo en relación a la libertad de elección de médico y de centro. En su opinión, sería un error aprobar una ley que tuviera que ser modificada en cuanto se produzca un nuevo Gobierno.

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El proyecto de ley de Sanidad se debatió ayer en la comisión de Política Social y de Empleo del Congreso de los Diputados. Durante la sesión de la mañana, la comisión rechazó por mayoría las enmiendas al título preliminar y debatió las presentadas por los grupos al capítulo primero de la ley.

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