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La Guardia Civil impide la celebración en Itsasondo del funeral en memoria del 'etarra' Otegui.

Efectivos de la Guardia Civil, impidieron ayer tarde en Itsasondo (Guipúzcoa) la celebración del funeral religioso por Juan María Otegui, presunto miembro de ETAm asesinado por los GAL el pasado día 2 en la localidad vasco-francesa de Saint Jean Pied de Port. Los mandos responsables de las fuerzas desplegadas en la localidad natal de Otegui impidieron que el féretro fuera introducido en la iglesia, como querían los familiares, y ordenaron que fuera enterrado directamente, tras advertir que, en caso contrario, serían las mismas fuerzas de seguridad del Estado quienes llevarían a cabo este acto.

Numerosos efectivos de la Guardia Civil prohibieron el acceso a Itsasondo, a todas aquellas personas que no fueran vecinos de esta pequeña localidad, cuya población no alcanza los 1.000 habitantes. Ello provocó momentos de tensión entre los familiares de la víctima y los responsables de las fuerzas policiales. "Sea humano, no tiene derecho a impedir el acto religioso", exigió la viuda, Karmele Martínez. "Son órdenes", le respondió el comandante de la Guardia Civil.Tras tensas discusiones en las que intervino el cura párroco de Itsasondo, los familiares enterraron minutos después de las 19.00 horas el cadáver de Otegui, mientras un cordón de antidisturbios impedía el acceso al cementerio a varias decenas de vecinos de Itsasondo, cuyo ayuntamiento ratificó ayer nuevamente en los acuerdos plenarios del pasado día 3 en los que se declaraba a Juan María Otegui hijo predilecto de la villa, se asumían los gastos del traslado del cadáver y se ofrecía el edificio del ayuntamiento para albergar la capilla ardiente. El acuerdo había sido considerado ilegal por el Gobierno Civil de Guipúzcoa.

El cuerpo del presunto activista de ETAm llegó a la frontera de Irún procedente de Bayona a las 15,15 horas y fue despedido desde el otro lado de la frontera con el puño en alto y el canto del Eusko Gudariak (Himno del Soldado Vasco) por un centenar y medio de personas, en su mayoría refugiados y familiares de refugiados Decenas de vehículos policiales, incluídas tres tanquetas y centenares, de policías nacionales y guardia civiles se mantenían desplegados en la explanada del Puerto de Santiago.

'Filtro' en la frontera

Controles de la Policía Nacional instalados en las carreteras de acceso a la frontera interceptaron el paso a todo tipo de vehículos desde la llegada del cadáver hasta una hora mas tarde, cuando el coche fúnebre reemprendió la marcha hacia Itsasondo, una vez finalizados los trámites administrativos. El coche fúnebre conducido por miembros de la Guardia Civil, fue escoltado hasta Itsasondo por decenas de vehículos del Cuerpo en una larga caravana que abrían y cerraban las tanquetas. El coche en el que viajaba la viuda iba en la caravana pero no así los vehículos en los que se trasladaban otros familiares de la víctima y periodistas, que fueron interceptados, en los controles instalados a lo largo de los sesenta kilómetros que separan a Itsasondo de Irún.Ya en los primeros controles, familiares de Otegui y algunos informadores fueron obligados a permanecer inmóviles, de espaldas a la carretera, mientras que la Guardia Civil, que cubrió el recorrido con otras patrullas móviles, controlaban su documentación. Algunos periodistas que lograron seguir la caravana policial fueron obligados a detenerse con la excusa, suficientefnente probada, de que habían anotado matrículas de coches policiales.

Hacia las ocho de la noche varios centenares de habitantes de Itsasondo -localidad en que se registró ayer una huelga general- se concentraron en la Plaza del Ayuntamiento y tras cantar el Eusko Gudariak y dar gritos de apoyo a ETA, se dispersaron.

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