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Poetas portugueses y españoles reivindican la necesidad de un mayor acercamiento cultural

Un mayor acercamiento cultural entre España y Portugal ha sido reivindicado por los poetas que del 1 al 4 de este mes asistieron a las II Jornadas Poéticas de Cuenca. Hubo que encargar a última hora a una fábrica de la provincia que confeccionase la bandera portuguesa que ondeaba en el Museo Arqueológico de Cuenca, donde se han celebrado las reuniones. La Embajada no tenía disponibles enseñas que facilitar a los organizadores. La presencia de los portugueses Eugénio de Andráde y António Osório puso de manifiesto la vitalidad de la poesía contemporánea portuguesa. Andrade afirmó que para estrechar los lazos entre los dos países debe existir el amor, "porque sólo el amor puede engendrar el conocimiento".

Salir del desconocimiento entre vecinos era el intento de los organizadores de las jornadas poéticas de Cuenca, la Junta de Castilla-La Mancha y el poeta Enrique Trogal. "Pienso como Unamuno", dijo Eugénio de Andrade, "que escribió a nuestro Pascoáes en 1908: 'Es una obra de amor y de cultura hacer que Portugal y España se conozcan mutuamente, porque el conocerse es amarse'. Unamuno vio el fondo, porque sólo el amor puede engendrar el conocimiento".El poeta español Ángel Crespo declaró que cree en los contactos personales entre escritores españoles y portugueses: "Esto se está haciendo ya, y la labor de los gobiernos debe consistir en propiciar y apoyar la libertad de estos contactos". António Osório, por su parte, afirmó que había tenido la suerte de conocer a José Bento: "Gran conocedor de la literatura española, que me indicaba qué debía escoger. Me han influido mucho Bergamín y Valle-Inclán".

Por parte española participaron, entre otros, Amador Palacios, Rosa Lentini, Julia Castillo, Joan Perucho, Pablo García Baena, Antonio de Carvajal y Luis Alberto de Cuenca.

Poesía brillante

Crespo hizo un repaso de la poesía portuguesa contemporánea, a la que consideré "una de las más brillantes de Europa". "Pessoa supuso una ruptura con el pasado", dijo, "semejante a la que aquí se dio con el ultraísmo. Posteriormente y debido, sobre todo, a la muerte de Sa Carneiro y al alejamiento de Almada Negreiros, Pessoa quedó como el único representante de la poesía de Orfeu. En 1927 apareció en Coimbrá el primer número de Presença, de carácter más conservador pero que tuvo el mérito de enlazar con la sensibilidad media del lector portugués y reconocer el magisterio de Pessoa".

Crespo recordó también la revista Cuadernos de Poesía, surgida a principios de los años 50, y Poesía-61, que dio a conocer a autores importantes como Gastao Cruz, Fiama Hasse, Luiza Neto Jorge y Casimiro de Brito, entre otros. "Estos poetas", concluyó Crespo, "se adelantaron a los novísimos españoles".

Las jornadas trataron también la difusión de la poesía en la enseñanza, con una conferencia de Vicente Tusón, y se organizó una mesa redonda, Los medios de comunicación y la poesía, en la que varios periodistas polemizaron con buena parte de los poetas asistentes sobre el tratamiento que se debe dar en los medios de comunicación a la poesía.

"Pessoa no es toda la poesia portuguesa", afirma Eugénio de Andrade

"No se puede negar", afirma Eugénio de Andrade, "que Pessoa es el mayor poeta portugués del siglo XX, pero no es toda la poesía portuguesa de este siglo. Esto hay que decirlo. Recuerdo a Lorca. Para mucha gente extranjera, él era toda la poesía española contemporánea. Sabemos bien que eso no es exacto"."La poesía portuguesa no ha parado en Pessoa. Nemesio, Jorge de Sena, Carlos de Oliveirà, Mario Cesariny, Ramos Rosa, Helberto Helder, etcétera, confirman lo que digo, y conviene no olvidar algunos contemporáneos suyos: Teixeira de Pascoáes y Sa Carneiro".

"La moda de Pessoa -yo espero que sea más que una moda- en España no me sorprende; lo que me sorprende es que haya tardado tanto. Creo que lo he dicho ya en alguna ocasión: fue con Pessoa con quien yo he aprendido mi oficio. Mi encuentro con su poesía data de hace muchos años, desde 1939, y ha sido pura fascinación".

"Naturalmente que ahora lo leo con otros ojos y mi temor es que se llegue a convertir en otro Camoens. Como ejemplo de lo que no se debe hacer con un poeta ya nos basta con el autor de Os Lusiadas. Un hombre que se ha definido como 'indisciplinador de almas' no puede ni debe ser transformado en un lugar común glorioso o reducirse a media docena de poemas lapidariamente nacionalistas".

António Osório, por su parte, se refirió a un libro reciente de Fernando Martiño en el que el autor inventarió durante años la relación de Pessoa en los poetas posteriores. "Es impresionante su influencia", declaró; "yo he tenido la suerte de conocer a Pessoa y a otra gente a la vez, y he tenido la sensación de que en el mundo no existía sólo Pessoa". Para el poeta portugués, la repercusión del autor del Libro del desasosiego "seguirá por generaciones y generaciones".

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