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ECOLOGIA

Un incendio amenaza destruir la riqueza ecológica de la mayor de las islas Galápagos

QuitoUn incendio azota desde hace 17 días la isla Isabela, la más grande del archipiélago de Galápagos, y amenaza destruir su riqueza ecológica, única en el mundo y declarada por la Unesco "patrimonio de la Humanidad". El fuego ha alcanzado tales proporciones que "peligra toda la isla", según asegura Robert Gara, experto de la Agencia Internacional para el Desarrollo, quien participa en las labores de extinción. "De momento, el incendio es incontrolable", añadió.

Las Galápagos, con 6.200 habitantes, están situadas sobre la línea ecuatorial, a poco más de 1.000 kilómetros al oeste de la costa de Ecuador, en el océano Pacífico. Trece islas, 17 islotes y numerosas rocas que emergen del mar constituyen el archipiélago, que desde 1832 forma parte del territorio ecuatoriano. La isla Isabel tiene 4.558 kilómetros cuadrados de extensión (455.800 hectáreas).

Soldados, bomberos, colonos y miembros de la defensa civil de Ecuador trabajan en la construcción de líneas cortafuegos, pero este sistema ha logrado escasos resultados, pues no ha podido detener el incendio, que se extiende con un frente de 100 kilómetros de largo y 12 de ancho y que ha destruido ya 20.000 hectáreas, informa France Presse. El gobernador de Galápagos, Walter Freire, realizó días atrás una angustiosa llamada solicitando la ayuda internacional para sofocar las llamas, ante la falta de recursos en Ecuador.

La incertidumbre se cierne sobre la riqueza ecológica de la isla y concretamente sobre las galapagueras, lugares de residencia de las gigantescas tortugas de hasta metro y medio de largo, denominadas galápagos, que dan nombre al archipiélago. Funcionarios del Parque Nacional Galápagos han señalado que el daño en la vegetación es de enormes proporciones, lo que indudablemente afecta el hábitat de las especies animales que viven en la isla. Además las llamas han arrasado prácticamente en su totalidad el área agrícola de los colonos de Isabela.

La ausencia de medios efectivos para combatir las llamas ha contribuido a que se mantengan. En cuanto hay alguna circunstancia favorable, como corrientes de aire, se propagan a gran velocidad, y han alcanzado una zona de 2.000 hectáreas del Parque nacional. A ello hay que agregar que el suelo de la isla es joven, por lo que tiene abundante material orgánico, que es un catalizador del fuego.

Todos los técnicos en la materia son uniformes respecto a que la única forma de apagar el incendio es atacándolo desde el aire. El Gobierno ecuatoriano ha pedido ayuda a otros países para conseguir más hidroaviones.

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