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Mengele resurge en Lisboa, tras el hallazgo de un cadáver y una carta en que la víctima dice ser el criminal nazi

Junto a un individuo encontrado muerto en una pensión de Lisboa, ha sido hallada una carta en la que el supuesto suicida decía ser Josef Mengele, el ex médico del campo de concentración hitleriano de Auschwitz (Polonia), el criminal de guerra más buscado por los cazadores de nazis. Aunque anoche aún no había sido confirmada la identidad del cadáver, que presenta indicios de envenenamiento, la noticia ha tenido una amplia resonancia en medios políticos y periodísticos, que ha trascendido la frontera portuguesa y ha forzado una exhaustiva investigación. La Prensa y la opinión pública mundiales se hacían eco recientemente del juicio en Jerusalén contra Mengele por alguna de sus víctimas.

La presencia de Mengele desde 1980 en Portugal fue señalada recientemente por el senador norteamericano, Alfonso D'Amato, que como prueba mostró una serie de cartas de felicitación navideña con destino a Paraguay, país donde se supone que ha residido largo tiempo. El semanario sensacionalista de Lisboa O Crime, reveló la historia del presunto Mengele en su edición de ayer y ha puesto en estado de alerta a la policía portuguesa, que, de momento, se limita a confirmar la muerte el 7 de febrero, y en circunstancias sospechosas de un individuo que se hacía llamar Jan Cornelius Nooij, de nacionalidad holandesa. La embajada holandesa confirma que un individuo con estos nombre y apellidos estaba registrado en sus servicios consulares como nacido el 17 de julio de 1909 en Zutphen.El cuerpo del individuo fallecido en una modesta pensión de Lisboa, donde vivía desde hacía cinco años, permanece en el Instituto Médico Legal de Lisboa, ya que el médico forense negó la autorización de inhumación y ordenó un análisis de las vísceras por sospechas de envenenamiento.

La policía judicial portuguesa recogió las huellas dactilares del cadáver con el fin de verificar que se corresponden a las del verdadero Jan Cornelus Nooij. Una respuesta negativa, no sería aún la prueba de que se trata efectivamente de Mengele ya que los servicios de Simón Wiesenthal, el cazanazis que persigue desde hace años al ex médico de Auschwitz, confirmaron ayer que no dispone ni de las huellas de Mengele, ni de fotos recientes del ex ángel de la muerte.

Junto al cadáver fue encontrada una carta, dirigida a la dueña de la pensión y escrita en mal español en la que el hombre se identificaba como Josef Mengele y afirmaba que se había envenado porque estaba sin dinero, cansado y enfermo. La policía portuguesa acogió con muchas reservas las revelaciones del semanario O Crime pero la noticia de la supuesta muerte de Mengele ha provocado fuera de las fronteras de Portugal un interés que obligó a las autoridades de Portugal a ordenar una investigación cuidadosa de todas las circunstancias del caso.

El papel de Mengele en Auschwitz -campo de concentración donde murieron cuatro millones de personas, en su mayoría judíos y gitanos- consistió, según los supervivientes, en decidir el trágico destino de los seres que eran desembarcados de los trenes: si Mengele, en el propio apeadero, los desviaba hacia la izquierda, significaba su muerte inmediata; si los apartaba a la derecha, suponía su lenta cautiverio y agonía, y en muchos casos servir de conejillos de indias para los experimentos científicos del propio ángel de la muerte.

Enanos, hermanos gemelos y quienes padecieran defectos físicos fueron cobayas predilectas del médico asesino. Inyectar células cancerosas en pacientes sanos, cultivar virus en la sangre de los presos, fueron algunos de los logros de Mengele en aras tanto de perfeccionar el arte de matar a las razas inferiores como de avanzar en el perfeccionamiento y multiplicación de la raza aria. Se afanó en unir el torrente sanguíneo de mellizos para comprobar si las células sanguíneas eran idénticas. Esto creía que le daría la llave para producir en serie el superprototipoario. Algunos supervivientes relatan que mató con sus propias manos a bebés.

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Un rastro difuso

Mengele que ahora tendría 73 años de edad -tres menos que los de la documentación del muerto-, fue visto por última vez en Paraguay, donde el dictador Stroessner le dio cobijo. El senador norteamericano Robert Torricelli le situaba, a su regreso de ese país, en las colonias alemanas de la zona montañosa fronteriza paraguaya que linda con Argentina y Brasil y le describía muy enfermo. Según estas informaciones, el doctor Mengele practicó la medicina con su propio nombre en un lugar próximo a Asunción (Paraguay).

El Gobierno norteamericano había anunciado días atrás la apertura de una investigación oficial sobre el paradero del doctor Josef Mengele. Según documentos hechos públicos en Estados Unidos, existen indicios de que Mengele fue detenido y luego puesto en libertad por miembros del espionaje norteamericano en Viena en 1947. También el Gobierno canadiense ha abierto una investigación sobre el caso.

Mengele, que nació el 16 de marzo de 1911, en Guensburg (Alemania), estudió en Múnich y Viena y obtuvo su título de médico en 1938 en Francfort, en cuyo instituto de purificación genética llegó a trabajar. Se estima que en el mundo aún existen 450 criminales de guerra nazis escondidos.

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