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Encuentro sorpresa en Palma de Mallorca

Kreisky, un adalid del neutralismo

Bruno Kreisky fue en buena medida el artífice político de Austria después de la II Guerra Mundial. Supo dar a su país un alto peso específico, desde la posición que él denomina de neutralidad activa. Kreisky, que es agnóstico, nació en 1911 en Viena, en una acomodada familia de industriales judíos. De sus orígenes ha conservado el gusto por las camisas de seda, los trajes a medida y los puros habanos.Encarcelado en los años treinta por el Gobierno fascista de Dollfuss y por la Gestapo, logró huir a Suecia, donde contrajo matrimonio y ejerció brevemente el periodismo.

Regresó a Austria en 1951 y, ese mismo año, fue nombrado secretario de Estado y, posteriormente, ministro de Asuntos Exteriores. Participó en la Conferencia de Berlín de 1954 y en las negociaciones con Moscú que llevaron al tratado de 1955, por el que Austria recuperaba su plena independencia.

Kreisky, que de 1970 a 1983 fue canciller federal socialdemócrata e indiscutido líder político de Austria, supo mantener la neutralidad de su país y practicar, antes que ningún otro político europeo, una fructífera apertura a sus vecinos del Este. Vicepresidente de la Internacional Socialista, se ha interesado especialmente por los problemas de Oriente Próximo. El ex canciller austriaco ha contribuido, desde el neutralismo activo, a la distensión internacional y a la lucha por la conservación de la paz.

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