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Acuerdo para aumentar un 10% las plantaciones de viñedo en La Rioja

La polémica sobre la expansión o el estancamiento del sector vitivinícola riojano ha quedado zanjada de momento con un acuerdo de principio entre los responsable agrícolas de Navarra, País Vasco y La Rioja, en el que se opta por una expansión moderada a medio plazo en base a un crecimiento de las nuevas plantaciones de viñedo de un 10% en los próximos tres años.El acuerdo autoriza a plantar 1.000 nuevas hectáreas de viñedo entre 1984-87 en Álava, 600 nuevas hectáreas para Navarra y 2.400 para la comunidad autónoma de La Rioja. Los representantes del País Vasco han planteado que por debajo de estas cifras sería innegociable cualquier pacto, por lo que la consejería de Agricultura de La Rioja ha tenido que supeditar una menor tasa de crecimiento como hubiera deseado a la tranquilidad política de aparcar el problema de las plantaciones durante los próximos tres años para poder diseñar una política vitivinícola a medio plazo.

Cuando después de la vendimia se volvió a reunir la mesa del vino en Logroño, con representantes de los bodegueros y de las organizaciones agrarias, quedó patente la falta de voluntad o de capacidad de las partes para alcanzar un acuerdo global y duradero en el sector vitivinícola, más allá de meros compromisos coyunturales para temas concretos.

Con el reciente fracaso en la negociación de precios como telón de fondo, la polémica sobre las plantaciones ha vuelto a evidenciar los distintos intereses del rioja. La agrupación de artesanos bodegueros ha presentado un informe en el que, en base al consumo anual de los últimos cinco años, estima que para satisfacer la demanda habría que plantar 4.238 hectáreas/año durante los próximos 10 años, "la mitad para la reposición del viñedo viejo".

Muy próximo a estas tesis, que supondrían pasar de las 40.000 hectáreas actuales a más de 60.000 dentro de 10 años, se encuentra el sindicato ASIARA, mientras que las otras organizaciones agrarias han propuesto crecimientos más reducidos, que van de las 4.500 nuevas hectáreas de viñedo en los próximos tres años propuestas por ARAG, a las 3.000 hectáreas que acepta la Unión de Agricultores, condicionadas a la aplicación de un plan global de reestructuración.

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