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Genscher pide un reglamento comunitario sobre el vino antes de que concluya el acuerdo para la entrada de España

Andrés Ortega

El ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania (RFA), Hans Dietrich Genscher, uniéndose a las tesis francesas, señaló ayer en el Consejo de Ministros de la CEE, en Bruselas, la necesidad de llegar a un reglamento preciso y cifrado sobre la reforma del régimen vinícola en toda la CEE antes de acabar las negociaciones de adhesión con España y Portugal. Pero ni en vino ni en pesca -materia en la que hay nuevas propuestas verbales españolas- ni en agricultura los diez llegaron ayer a una posición común, para la que habrá que esperar al menos hasta el lunes.

En materia pesquera la situación sigue bloqueada, y los diez volverán el lunes sobre el tema, antes de recibir el martes o el miércoles a los españoles, encabezados por el titular de Exteriores, Fernando Morán. Pero los diez han juzgado "interesantes" las nuevas propuestas españolas, explicadas oralmente por el secretario de Estado, Manuel Marín.Según señalaron ayer fuentes comunitarias, España está dispuesta a limitar a 323 como máximo el número de barcos que faenarían en aguas de los diez y a limitar su actividad a las zonas en donde actualmente pescan los españoles -es decir, no entrar en nuevas aguas- y a un número reducido de especies. Pero España no admite en este terreno un período transitorio superior a 10 años. Mientras, los países pescadores de la CEE insisten en un plazo de 8 o 10 años porrogable automáticamente por otros cinco. La única nueva sugerencia es que durante esta prórroga se mejorarían las condiciones de la pesca española en estas aguas.

En cuestión hortofrutícola ayer se confirmó que se tratará al sector español -con sus 3.300 referencias- como un bloque, tanto durante la primera fase de cuatro años -que de hecho mantiene el estado actual- como durante los seis años siguientes. La discusión interna en la CEE, en la que hubo progresos, versó sobre el mecanismo para decidir en la segunda fase, año tras año, qué productos son sensibles -y, por tanto, sometidos a limitaciones comerciales- y cuáles dejan de serlo.

Claro, que estas decisiones sobre la sensibilidad de los productos, por medio de un comité al efecto, según explican los franceses, se aplicarían a una sola campaña. A la siguiente se replantea la situación, y un producto que había dejado de ser sensible podría volver a serlo después. Algo difícilmente aceptable por España. Pero en este terreno es probable que los diez lleguen al fin a presentar una nueva postura a España la próxima semana si se superan las reticencias de países como Holanda o el Reino Unido en este terreno, así como el procedimiento de urgencia que quiere lograr Francia para parar, si fuera necesario, las importaciones españolas.

Los aranceles elevados

En cuanto al vino, el lunes los ministros de Asuntos Exteriores de los diez tendrán sobre la mesa un texto preciso sobre el que discutir la introducción de cupos de producción para evitar los excedentes, a lo que Italia se opone, por lo que es probable que el tema vaya a la cumbre de Dublín del 3 de diciembre.

En cuanto a los altos aranceles, la Comisión Europea debe ahora consultar a los españoles sobre la posibilidad de crear contingentes con aranceles reducidos, no sólo para la importación en España de automóviles comunitarios sino también de camiones, como ahora pretende Londres, volviendo atrás sobre anteriores posiciones de los diez. Francia, según uno de sus expertos, estaría dispuesta a contemplar estos contingentes arancelarios para vehículos industriales, "pero sólo para algunos tipos de camiones". Es decir, aquellos que no fabrican los franceses en España.

Finalmente, los diez aprobaron ayer formalmente una oferta de ayuda "no negociable" a 64 países, de África, del Pacífico y del Caribe, en el marco de la tercera convención de Lomé, que se ha firmar el 7 de diciembre: 7.500 millones de unidades de cuenta europeas -ECU- (960.000 millones de pesetas) durante cinco años. Esta cifra incluye 250 millones de ECU (32.000 millones de pesetas) que les tocará pagar a España y a Portugal tras la adhesión. Sin que se haya negociado la cuestión con Madrid y Lisboa. Claro, que como indicó un funcionario francés, "consideramos que la ampliación de la CEE tendrá lugar".

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