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Tribuna:Polémica sobre el incremento del IRPF en Madrid
Tribuna
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Por una mayor racionalidad fiscal

La propuesta socialista de aumentar en tres puntos el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) para financiar los municipios de la Comunidad de Madrid ha abierto la controversia entre Gobierno y oposición autonómicos sobre un tema, el de la fiscalidad, de constante actualidad polémica. Juan Barranco defiende en este artículo la necesidad de una política fiscal en esta dirección, en nombre de la solidaridad entre municipios y de las necesidades de construcción de un nuevo sistema fiscal adecuado a la realidad autonómica.

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Un proyecto objetable

El sistema municipal es una de las bases firmes de la democracia en cualquier país, y también en España. El sistema local español necesita de dos leyes del Estado: la de Régimen Local, actualmente tramitándose, y la de Haciendas Locales, que el Gobierno habrá de presentar a las Cortes tras la aprobación de la anterior. Estas leyes no tendrán plena efectividad antes de 1986; sin embargo, los municipios pueden ya iniciar su andadura previa a fin de ir consiguiendo un sistema de financiación racional y una supervivencia integrada con el resto de las administraciones públicas.Un sistema de financiación racional para los municipios exige el dar fin a un proceso iniciado hace años en muchos ayuntamientos gobernados por la izquierda, y entre ellos en los de Madrid, y que consiste en eliminar una serie de tasas y tributos caros para el contribuyente, costosos en su gestión para la Administración municipal y, sobre todo, molestos para el ciudadano. Hay tasas que pagan todos los vecinos, y no existe razón alguna para no integrarlas en una tributación general simplificada.

En esta línea de ideas es preciso recordar que los dos grandes impuestos percha de que dispone la hacienda local son el impuesto territorial (urbana o rural) y el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). La recuperación de la urbana en los últimos años, fruto de una mejor gestión, al igual del IRPF, permite colgar de ellos como tales perchas tasas y cargas que afectan, a todo el vecindario y cuyo pago y gestión son onerosos por su molestia y su costosa gestión. Ha llegado quizá el momento de avanzar un paso decisivo en esa línea de simplificación y racionalidad. La reforma fiscal municipal es preciso hacerla sin grandes saltos y con decisión. Cuando se cambia algo, siempre surgen posiciones demagógicas contrarias, pero atenderlas es condenarse a lalnacción y la irracionalidad.

Detrás de tal reforma debe contemplarse también una necesidad, que es la colaboración entre las distintas administraciones públicas. Cuando se está construyendo un nuevo Estado, esta colaboración se hace imprescindible, y ello es más llamativo en una región como Madrid, en la cual la administración municipal y la autonómica no disponen de recursos, ni de lejos, suficie ntes para dedicar a las infraestructuras. Infraestructuras que demandan los habitantes de unas ciudades inacabadas por mor de una inmigración masiva. El Fondo de Compensación Interterritorial, que se ocupa de fines distintos, deja a la región de Madrid en situación precaria, lo cual hace exigible, precisamente porque no hay dinero, una mayor solidaridad entre todos los inadrileños.

De la misma forma, en muchos casos, la propia autonomía municipal y la distribución del Fondo Nacional de Cooperación condenan a dificultades insalvables a municipios en donde la incidencia de la crisis es más fuerte. La solidaridad intermunicipal es un imperativo en Madrid. Unir en una sola operación solidaridad y racionalidad fiscal puede conseguirse si:

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a) Los municipios se ponen de acuerdo en eliminar una serie de tasas y tributos en beneficio de la comodidad fiscal de los vecinos y de la racionalidad en el sistema.

b) Es la comunidad autónoma quien se encarga de gestionar solidariamente esos cambios en la fiscalidad, de suerte que el trato fiscal sea homogéneo en toda la región y el reparto de losescasos fondos públicos se realice mediante decisiones mancomunadas autonomía-municipios.

Durante 1984, muchos municipios españoles pusieron recargos de muy diversa magnitud en el IRPF. Este sistema, visto municipio a municipio, resulta chocante y hasta injusto por su variedad; realizado para conjuntos poblacionales amplios -tal es el caso dela comunidad autónoma- puede y debe resultar no sólo justo, sino que, sin incrementar la presión fiscatmedia, puede conseguirse una reforma del sistema en beneficio de la inmensa mayoría de los ciudadanos.

La región de Madrid contiene una gran variedad de situaciones socíales, que se reflejan, como es lógico, en distintas situaciones fiscales y financieras municipales, a cuyas diferencias hay que atender para que ninguna resulte agraviada respecto de las demás. Es llegado el momento de que una nueva institución como la comunidad autónoma, que tiene capacidad para ello, juegue el papel reequilibrador y racionalizador que los municipios le demanden. Van a darse los reflejos demagógicos que todo cambio trae consigo, pero quienes protestan sin razón sólo serán testigos de que seguimos cabalgando en beneficio de una sociedad más justa y moderna.

es secretario de política municipal de la Federación Socialista Madrileña y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid.

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