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Tribuna
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Matilde , Perico y Periquín (o aquellos tiempos del cuplé)

Los 800.000 accionistas de Telefónica regresaron en el tiempo a aquel 13 de agosto de 1977, en que las repetidamente ofertadas matildes perdieron la par, casi eran aquellos los tiempos del cuplé. Pero, en todo caso, es una buena noticia para el mercado bursátil en su conjunto, que ve cómo la coyuntura actual, marcada por el descenso del precio del dinero, debe elevar el nivel de ahorro y, de alguna manera, la inversión en el recinto de la plaza de la Lealtad.Realmente en esas condiciones no tiene excesivo mérito que el índice general conquistase ayer una nueva cota máxima (87 centésimas sobre el récord anterior) y que el mercado mantenga una fortaleza importante.

En la sesión de ayer nuevamente se presenció el mismo fenómeno de días anteriores: el papel que salía a la venta era rápida y contundentemente absorbido por ese dinero que parece estar dispuesto a entrar a todos los trapos. La razón es bien simple: nadie quiere vender ante una tendencia alcista, ya que mañana los valores costarán más; para los compradores el razonamiento es inverso: hoy los títulos están más baratos que mañana. Con esas expectativas, sólo la existencia de carteras sobredimensionadas permite que el volumen. de contratación alcance cifras significativas.

A esta favorable situación viene a añadirse la llegada de capital extranjero, que nuevamente está desembarcando en la Bolsa madrileña atraído por el nivel de ganancias que reflejan los distintos índices.

Y la Bolsa se encuentra ante un buen momento en ese sentido. La contratación del pasado viernes superó ligeramente los 1.600 millones de pesetas, mientras que el negocio de los efectos públicos registró un aumento considerable al situarse en 1.320 millones de pesetas.

Las compras a crédito, por su parte, se mantienen a niveles aceptables, aunque menores que los de hace una semana (120,2 millones el viernes), que, en ese sentido, no han variado de rumbo: las compañías eléctricas. Así, Sevillana recolectó 23 millones; Hidro Cantábrico, 22,3 millones; Hidrola, 19,7 millones, e Iberduero, 17,9 millones.

Reflejo de ese interés, de alguna forma, es el incremento de operaciones en el corro, sobre el que ya se ciernen toda clase de rumores referentes a las próximas ampliaciones de capital, compras de activos y toda clase de confidencias que pueden servir en un momento determinado para calentar lo que ya de por sí echa chispas.

Los bancos, por su parte, obtuvieron una ligera subida, que según los más impacientes debe demostrar que ha terminado la hora de la siesta. Los saldos compradores de los siete grandes se limitaron a Bilbao (20.220 títulos) y Central (5.779), mientras que las demás entidades cosecharon papel. Así estan las cosas, que no indican una tendencia demasiado clara, aunque algunos operadores hayan llegado a la conclusión de que es un buen momento para entrar en el corro.

La Bolsa continúa manteniendo la perspectiva de subida libre, y por el momento nada hace suponer que las órdenes de venta vayan a poner en peligro esta tendencia. Será necesario dejar pasar algunas jornadas para que nuevamente los nervios hagan presa en los más inquietos o en los más prudentes. Que nunca se sabe.

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