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Reportaje:

Cao Yuanxin

El nuevo embajador de la República Popular China en Madrid se declara "conocedor y admirador de la historia milenaria de España"

El nuevo embajador de la República Popular China, Cao Yuanxin, nació en Hangzhou, cerca de Shanghai, una de las regiones más bellas de China. "Si en el cielo hay un paraíso, en la tierra está Hangzhou", dice un viejo proverbio. Cursó estudios de literatura, y en 1950, un año después del triunfo de la revolución maoista, ingresó en el Ministerio de Asuntos Exteriores.Su trabajo inmediato consistirá en preparar la visita a España del presidente Li Xinnian, primera que realiza un jefe de Estado chino a nuestro país, que tendrá lugar a mediados de noviembre. Cao Yuanxin presentará sus cartas credenciales al Rey el mes,que viene, y opina que en los once años de relaciones diplomáticas entre Madrid y Pekín éstas se han mantenido "sanas y estables", aunque los intercambios comerciales están sólo a un nivel discreto.

"Para cambiar esta situación debemos esforzarnos en ampliar el conocimiento respectivo de nuestros dos países. China es abundante en recursos y tiene un enorme mercado; España es un país desarrollado de Europa, y existen, por tanto, muchas posibilidades de ampliar el volumen de intercambios sobre la base del beneficio mutuo".

Las importantes reformas económicas que se vienen realizando en la República Popular China durante los últimos años facilitarán ese incremento del comercio bilateral, según el embajador. "Nuestro Gobierno está empeñado en dinamizar la economía a nivel interno y abrirse al exterior. Además de las cuatro zonas de 'economía especial' ya existentes, el nuevo sistema va a aplicarse también en 14 ciudades costeras, con condiciones muy favorables para las inversiones extranjeras y para la creación de empresas mixtas".

El embajador Cao fue director de protocolo en funciones y viajó este año con el primer ministro, Zhao Ziyang, a Estados Unidos y Canadá. Nunca había estado antes en España y su primer contacto con la comida española lo tuvo hace unos días, en Pekín, citando el embajador español, Mariano Ucelay, le invitó a paella y gazpacho.

El nuevo representante diplomático chino ha leído varias veces el Quijote y se confiesa admirador de García Lorca y de Pablo Picasso.También le gustan la guitarra española y el flamenco.

"En el terreno político, las relaciones entre España y China son excelentes, porque las dos naciones aplicamos una política de paz. Además, tenemos puntos de vista idénticos o parecidos en muchas cuestiones internacionalers.

Cao Yuanxin sufrió también las consecuencias de la Revolución Cultural china (1966-76), y lo recuerda con una sonrisa. "Me pasé tres años trabajando en el campo, en una 'escuela de cuadros. Claro que aprendí cosas muy interesantes, como cultivar arroz y árboles frutales..."

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