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Reportaje:

Riano, el valle de los días contados

Miran con ojos habituados lo que ocurre y alguno se dirige a un vecino conocido: "¿Qué, tampoco hoy nos dejáis entrar al ayuntamiento?". El No nos moverán arrecia. Hay algunos numeros de la Guardia Civil, pero desde que hace unas semanas se denunció un ligero incidente (empujones y un carrete fotográfico velado), no intervienen. Los funcionarios esperan algunos minutos, más por compromiso que otra cosa. Después montan otra vez en los coches y se van por donde habían venido, mientras las mujeres parecen relajar el cinturón humano ante la puerta principal y los vecinos entonan el Viva la montaña, viva.La escena se repite periódicamenté en Riaño. Los viajes infructuosos de los funcionarios, también. Los vecinos manifiestan así su deseo de ser escuchados, su oposición a un proceso que ha de terminar con su desalojo de unas tierras que van a cubrir las aguas. El proceso es irreversible y aunque aquí, y después de todo lo que ha pasado, hablar de plazos puede ser una ironía, lo cierto es que fuentes oficiales de la Administración han anunciado que este invierno, la población de Riaño será desalojada.

El proyecto de la presa de Riaño se aprobó en noviembre de 1965 y al año siguiente comenzaron las obras. "Veinte años padeciendo una condena a muerte sobre la comarca", dicen los vecinos. "Un claro monumento a la incompetencia", dice Jaime González, consejero de Agricultura del Gobierno autónomo, Iamentando la lentitud de las sucesivas administraciones. Ahora parece haber una voluntad decidida de ultimar el proceso. Para ello hay que terminar la red de carreteras que permitan la continuidad de las comunicaciones en cotas superiores a las aguas del pantano. Hay que construir un viaducto y sobre todo desalojar a la población y tomar posesión de los bienes expropiados en los nueve pueblos afectados: Riaño, Escaro, Anciles, La Puerta, Burón, Vagacerneja, Pedrosa del Rey, Salio y Huelde.

En cuanto al número de afectados, un informe de la Junta de Castilla de y León señala que "es difícil precisar el número exacto de vecinos que viven de forma permanente o circunstancial en los pueblos expropiados". Según los datos que en ese informe se barajan, en el invierno son 220 vecinos (sobre 1.000 personas), aunque se señala que esta población aumenta mucho en los períodos de verano.

Según datos de la Administración las expropiaciones están tramitadas y pagadas en su práctica totalidad, salvo algún litigio pendiente. El costo total de lo pagado asciende a 3.113 millones de pesetas. En cuanto a las obras del embalse, la principal, que es la presa, comenzó a construirse en 1966 y se terminó en 1972 (hace 12 años). La obra costó 690 millones de pesetas.

Las variantes de las carreteras se adjudicaron en 1981 en cerca de 1.500 millones de pesetas. Tras un ritmo desigual y lento en su ejecución y con la aprobación de un nuevo programa, se calcula que pueden estar terminadas en un plazo de un año y medio, lo que significa que se podría comenzar a embalsar en dos años. Parte fundamental de estas obras de construcción de carreteras la constituye un viaducto, que cruzará el pantano justo atravesando longitudinalmente lo que hoy es el pueblo de Riaño. El proyecto no está aún terminado y se calcula un costo de unos 800 millones de pesetas. La inversión total realizada hasta el momento es de unos 4.300 millones, y el costo total ascenderá a 6.775 millones, que en pesetas de 1983 supone 10.200 millones.

Demolición

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"Demolición", dice una gigantesca pintada realizada sobre el muro de la presa. Para hacerla, sus autores hubieron de descolgarse con cuerdas a través de la rampa del muro. Esa palabra, demolición, expresa el sentir de un sector de los afectados, que considera que la construcción del embalse es un proyecto disparatado que debe ser sometido a revisión. "El proyecto surgió en otra época y con otros planteamientos, hoy la situación del mercado agrícola ha cambiado radicalmente y la extensión de los regadíos agravará el problema de excedentes". Asociaciones de regantes del sur descalifican esta argumentación sobre la base de un planteamiento selectivo de cultivos. Los riegos aumentaron hasta cinco veces la rentabilidad de unos terrenos que de otra forma estarían condenados perpetuamente al secano. Voces ecologistas se han sumado también a la oposición del embalse."Es falso que el único argumento en favor del embalse sean las inversiones ya realizadas", dice Jaime González, consejero de Agricultura de la Junta de Castilla y León. "Las inversiones, que son cuantiosas, son un dato, pero lo fundamental es lo que el pantano genera: se van a regar 87.000 hectáreas y eso es una riqueza inmensa. Ciertamente las dilaciones, a veces inexplicables, que han rodeado este asunto han creado una situación complicada. Por ejemplo: los bienes están pagados desde hace tiempo, pero los vecinos siguen utilizándolos. No hay otra alternativa que, o hacer el proyecto para el que fueron expropiados, o proceder a la devolución de todo lo expropiado por no cumplirse los fines anunciados".

Los bienes, efectivamente, están pagados en su práctica totalidad, pero no han sido ocupados por la Administración. Muchos vecinos se fueron con el dinero recibido y organizaron su vida en otra parte. En los últimos años se ha constatado también un reflujo de regreso hacia el valle, especialmente de gente joven. "Los vecinos están viviendo en casas que son de propiedad pública y trabajando tierras y explotaciones que también lo son. Es, una situación insostenible", dice un portavoz de la Administración.

El proceso de expropiación ha sido difícil. En el valle hay voces que señalan que hubo algunos que salieron muy beneficiados. Se denuncian irregularidades y hay recursos pendientes. Además, señalan como elemento a su favor el tiempo transcurrido: algunos, en vista de la lentitud del proceso, ampliaron sus explotaciones ganaderas, realizaron las inversiones imprescindibles para mantener la actividad... El problema tiene una difícil solución legal. Un portavoz de la Administración señala que "las expropiaciones afectan a derechos reales que ya se pagaron en su día. No se puede pagar dos veces por el mismo concepto. De hecho muchos se han beneficiado de la utilización de unos bienes que ya han cobrado".

Nuevo Riaño

Una de las exigencias de los vecinos tiene un nombre: Nuevo Riaño. En marzo de 1974 se aprobó en Consejo de Ministros la construcción de un pueblo de nueva factura para acoger a la población desplazada por el embalse. Un poblado situado por encima de la cota de las aguas, enteramente de nueva construcción, que estaría llamado a ser el aglutinante de la comarca: el Nuevo Riaño.

Si en relación con el embalse todo es discutido, la creación de este nuevo poblado ha batido todas las marcas. Innumerables voces se han levantado contra la creación de un "núcleo artificial que va a estar desarraigado de la realidad comarcal, situado en una cota alta en una zona de crudos inviernos, con los pastos invadidos por las aguas. Un proyecto que va a enterrar cientos de millones, mientras otros pueblos cercanos están como están...".

Esas voces vaticinan que el Nuevo Riaño va a ser un pueblo para la especulación y sólo de segunda residencia para veraneantes; pero Guillermo Hernández, el alcalde, cree en la virtualidad del nuevo núcleo y señala que debe estar terminado antes del desalojo de los vecinos, "porque, si no, ¿a dónde podemos ir?".

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