La Comunidad no presentará a España contraofertas pesqueras en la reunión del 23 de julio
La CEE no podrá presentar a España en la sesión negociadora del 23 de julio una contraoferta sobre el capítulo pesquero, aseguraron ayer fuentes comunitarias. Esta última semana, los servicios de la Comisión Europea han vuelto a intervenir pidiendo una reforma general de la política pesquera comunitaria. En resumidas cuentas, la dirección general de Pesca de la Comisión considera que la actual política es "incompatible" con el ingreso de España. Y, por tanto, si en razón del tamaño de la flota pesquera española -un 60% de la comunitaria- es necesario, según la CEE, contemplar un sistema de licencias para la pesca española en aguas comunitarias, los servicios de la Comisión consideran mejor entonces instaurar un sistema de licencias para toda la CEE.Así, las pequeñas aperturas que se habían manifestado en los diez (véase EL PAIS del 8 de julio), muy lejanas aún de las aspiraciones españolas, se han quedado por el momento en nada, al replantearse de nuevo una discusión global, provocada por la Comisión Europea, sobre la reforma global de la política pesquera. El director general de Pesca de la Comisión, Raymond. Simonet, acudirá este lunes a Madrid para discutir la situación.
Las propuestas de reforma no se han plasmado aún en un texto concreto. Pero fundamentalmente se trata de multiplicar el número de zonas sensibles en aguas de la CEE en la que la pesca se haría con licencias. Hasta el momento, para países miembros este sistema sólo rige en la zona llamada box irlandés y en otra pequeña área al norte de Escocia. Se trataría de generalizar este sistema, a la vez que se ampliaría el número de especies sometidas a cuotas de captura. La política pesquera se reformaría asimismo en su aspecto comercial, ya que en la actualidad la política de capturas y la política de mercados no están coordinadas.
La propuesta de Simonet, para empezar, ha paralizado la declaración que pretendían entregar los diez el 23 de julio a España. Y se corre el riesgo, de plantearse una reforma global de la política pesquera de la CEE, de no llegar a tiempo para concluir las negociaciones de adhesión en el curso del próximo otoño, plazo ahora sacrosanto en numerosas capitales europeas. La política pesquera tardó 10 años en nacer, tras largas negociaciones sobre el reparto del pescado existente en sus mares. Una renegociación llevaría tiempo. El nuevo sistema sería menos discriminatorio para España que el que propusieron los diez -ya que éste contemplaba un sistema de licencias sólo para los barcos españoles, que no se aplica a los países miembros- pero no garantizaría un mayor nivel de pesca a España en el futuro inmediato.
