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La Semana del Erotismo muestra el aburrimiento de la teoría

Hombres ilustres y hasta mujeres de no menor boato intelectual se reunieron a lo largo de conferencias y mesas redondas durante los últimos siete días, en una I Semana Española del Erotismo que finalizó ayer en el Centro Cultural de la Villa de Madrid con una conferencia de Francisco Umbral, Teoría y práctica del strip-tease, ilustrada por las demostraciones simultáneas a cargo de las vedettes Eva Etel y Tanih. La semana, que registró una asistencia que desbordó todas las previsiones, sirvió, en definitiva, para dejar constancia de que el erotismo es algo extremadamente particular, sobre el que cualquier teoría o escritura resultará siempre mucho más aburrida.

Varios de los conferenciantes tuvieron la inteligencia de admitirlo en público: por primera vez, el intocable que solía enseñorearse de la mesa, entramado de notas eruditas, derrochando su saber entre vaso de agua y micrófono, no era el único experto en el tema. Cielos, ni siquiera tenía la seguridad de ser experto. Cualquier currito de los que se sentaban en las butacas podía saber de erotismo muchísimo más que él. Sentimento que ya de entrada despertaba una cierta inseguridad y muchísimo recelo en el personal docente.

Quizá quienes lo tuvieron más claro, y más sin matices, fueron Tierno Galván y Cela, que en la sesión inaugural hicieron cada uno, más bien, una apología de la libertad, "el único caldo de cultivo en el que puede prosperar el placer mutuo, aunque sea dentro del masoquismo", admitía anteayer Luis G. Berlanga.

Perversiones exquisitas

Ya antes, en el vestíbulo previo a las salas donde tenían efecto. las proyecciones de filmes y representaciones teatrales, así como conferencias y coloquios, los espectadores -que asistieron en masa, "mucho más que si se hubiera tratad de un simposio sobre sexualidad estoy seguro", dijo un participante- tenían ocasión de hacer boca sobre el tema en cuestión examinando las obras de Julio Álvarez Andrés Barajas, Cillero, Estruga, Grifol, Pilar Lara, Modesto Roldán, Úrculo..., las fotos de Paca Arceo y Susi Bellver, de Luisa Sánchez y muchos otros que aportaron su visión del cuerpo humano con fines estético-eróticos. A destacar el estudio sobre desnudismo masculino realizado por el fotógrafo Herman Puig, que tuvo el valor de declararse, desde la mesa homosexual practicante.Claro que Berlanga, en lo suyo también se declaró fetichista convencido, y en cuanto a su sadismo tradicional, afirmó haber tenido a una señora atada y sola en una casa en Hamas durante varios días, mientras aseguraba que un amigo suyo trata de ahorcarse con cierta frecuencia para conseguir los transportes gozosos que proporciona la eyaculación en esos casos

Un público entusiasta, jocundo pero poco dado a las confesiones personales, siguió a los conferenciantes a lo largo de los días. Una de las mesas más interesantes -si tenemos en cuenta que en ninguna de las mesas se hizo o propuso otra cosa que hablar del tema- fue la que corrió a cargo del catedrático Bernárdez Sanchis, del filósofo García Calvo, de Fernando Savater, como catedrático de Ética, y del poeta Luis Antonio de Villena, quienes trataron del erotismo y la mitología, del camuflaje que la imaginería religiosa ha su puesto en muchas ocasiones para los furtivos delirios eróticos y, a menudo, homosexuales, del personal.

Savater estuvo especialmente ajustado cuando llevó la conversación al terreno de los mitos de hoy, y centró en King-Kong, la película, el mito del espanto en lo amoroso: el descubrimiento del otro como imposible, de que todo amor encierra la destrucción del uno por la realización del deseo, o del otro por la ausencia de esa, realización.

Humor y literatura

Si Coll, Chúmez, Máximo y Mingote se limitaron a hacer chistes, con mayor o menor fortuna, sobre el sexo, la cama, los órganos genitales y el coito mismo -ante el gran regocijo del público, del que surgió un espontáneo que se puso a cantar coplas en el escenario-, el coloquio sobre Erotismo en la literatura contó con el alto grado de interés que le proporcionó la presencia del académico y escritor Gonzalo Torrente Ballester. En principio, Rafael Conté hizo una correcta y racional historia del erotismo en la literatura, destacando los méritos de un autor casi desconocido como Felipe Trigo y cuidándose mucho de separar el erotismo que atraviesa la literatura de las novelas específicamente eróticas.Mientras Paco Casado, ganador del premio La Sonrisa Vertical 1984, afirmaba que la literatura erótica se encuentra en un primer momento, y el crítico Andrés Amorós hacía gala de una erudición envidiable, recitando de memoria un capítulo erótico de Rayuela, Gonzalo Torrente Ballester reivindicaba lo erótico en la literatura cuando no es cursi, y animaba a los concurrentes con el recitado de varias coplas populares, entre ellas la que cerró esta mesa redonda: "Quien estuviera, mañica, / como los pies del Señor: / uno encimica de¡ otro / y un clavico entre los dos".

Fetichismo y sadomasoquismo, imagen del erotismo y erotismo y gastronomía fueron otros temas -luego ideas- tratados en las diferentes mesas pero no en las diferentes sillas, lo cual hubiera significado que la teoría pasaba a la práctica. Como había comentado, aterrado, Agustín García Calvo: "Es que a dónde vamos a parar si el Ayuntamiento tiene que organizarnos una Semana del Erotismo". La secreta esperanza de todos, al salir, era la de que el erotismo sigue existiendo, a pesar de ser asunto más particular que de sesiones públicas.

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