Los atentados contra diplomáticos de Amman se suceden desde octubre
El atentado perpetrado ayer contra dos funcionarios de la Embajada de Jordania en Madrid, en el que resultó muerto el empleado administrativo Walid Jamal Balkiz, pudo ser un caso de confusión de identidad o de imposibilidad del agresor de alcanzar el objetivo perseguido. En cualquier hipótesis, el embajador de Jordania en España, Suhail el Tell, que se hizo cargo de su misión en Madrid en septiembre pasado, se salvó de correr la suerte de dos de sus colegas en las últimas semanas.Los embajadores Taysir Taukan y Mohamed Jurme, destacados en Roma y Nueva Delhi, respectivamente, se encuentran todavía recuperándose de las heridas sufridas en sendos atentados los días 25 y 26 de octubre pasado en ambas capitales. Sólo en el atentado contra el embajador en Italia ha reivindicado el hecho el grupo radical palestino de Abu Nidal, actualmente bajo protección de los sirios, después de varios años protegido por las autoridades de Bagdad.
El 7 de noviembre, un agente de seguridad en la Embajada jordana en Atenas fue herido de gravedad por los disparos de varios individuos. El atentado fue posteriormente reivindicado por el grupo Brigadas Revolucionarias Árabes.
La serie de atentados contra diplomáticos jordanos en los últimos meses parece tener una explicación dentro de la grave crisis interna que sufre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) después del enfrentamiento de grupos favorables y contrarios al liderazgo de Yasir Arafat en Líbano. Y más concretamente, los intentos sirios, después del apoyo militar al grupo rebelde palestino conducido por Abu Musa, que provocaron finalmente la salida de Arafat de Trípoli, para impedir que este último dirija ahora sus miras políticas hacia la federación jordano-palestina, que ya le ofreciera en la primavera pasada el rey Hussein y que rechazó entonces Arafat.
En los últimos meses de lucha fratricida en Líbano entre los palestinos, el apoyo a Arafat creció entre los habitantes de Cisjordania y Gaza, en su mayoría de origen palestino y bajo dominación israelí desde 1967. Tampoco se oculta que la principal oposición a Arafat en esos territorios, aparte de la de las autoridades israelíes, proviene de elementos prohachemitas alentados por Hussein.
Sin embargo, Hussein es consciente de que necesita establecer una firme alianza con Arafat para entrar en negociaciones con Israel a fin de recuperar los territorios ocupados y al mismo tiempo conseguir el apoyo de los árabes moderados al permitir una administración conjunta jordano-palestina que en un futuro pueda representar el primer establecimiento de un Estado palestino en la historia del Oriente Próximo.
La débil posición en que se encuentra Arafat y las presiones que recibe Hussein de Reagan para alcanzar ahora el acuerdo con el líder palestino llevan a pensar en la relación que pueda existir entre los intentos de los grupos palestinos controlados por Siria de impedir dicha alianza y los atentados contra diplomáticos jordanos en diversas capitales.
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