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La Caixa presenta en Madrid el 'descubrimiento mediterráneo' de Sunyer

La Caixa presentó ayer en Madrid la exposición antológica del pintor catalán Joaquim Sunyer. Está compuesta de 82 óleos, dos grabados y 18 dibujos. Es, pues, una parte de la muestra que hasta hace unos días la misma entidad exponía en Barcelona -allí estuvieron 182 obras del pintor. Su hijo, Jaume Sunyer, y el pintor Albert Ràfols Casamada han organizado la exposición y seleccionado las obras. "La característica más importante de Sunyer", dijo Casamada, "es su sentido del color, ligado al Mediterráneo". Jaume Sunyer dijo a este respecto que su padre, nacido en Sitges en 1874, "descubrió el Mediterráneo pasando por París".

"La primera vez que posé para mi padre", contaba ayer Jaume Sunyer, 'fue ya en la maternidad. Es muy aburrido posar para un pintor. Yo recuerdo que él, para que te estuvieras quieto, contaba cuentos. Tenía mucha fantasía". La exposición de La Caixa, Joaquim Sunyer (1874-1956), recoge en 102 obras lo más representativo de las distintas etapas del pintor catalán. Sus primeras influencias fueron familiares: la de su padre, Jaume Sunyer i Juncosa, maestro de obras, y la de su tío Joaquim Miró i Argenter, destacado pintor de la Escuela Luminista de Sitges. Después Sunyer se traslada a Barcelona' y, en 1896, a París, donde permanece durante 14 años. "En su pintura hay influencias de varios estilos. Están Degás, los impresionistas, Cèzanne... Pero Sunyer siempre ha tenido una visión personal", dice Albert Ràfols Casamada. "Tuvo una gran influencia de la cultura francesa, pero asimilada y transformada en algo muy nuestro".Joaquim Sunyer volvió a Sitges, y a partir de 1908, aproximadamente, es cuando se manifiesta en su plenitud artística. Según su hijo Jaume, alrededor de 1920-1930 la producción de su padre fue intensa, coincidiendo con la compra de una casa en Sitges, "que era el sueño de su vida". Sunyer se decanta entonces como claro noucentista. Sus amigos son, entre otros, Eugenio d'Ors, Josep Maria Junoy, Arístides Maillol y Josep Pla. "Mi padre y Pla se encontraron muchas .veces en París y eran muy amigos", dice Jaume Sunyer. "Y recuerdo que mi padre dijo una vez de él que era de los hombres más voluptuosamente inteligentes que había conocido".

Joaquim Sunyer, antes de la guerra civil, era "el cap i guia de la pintura catalana", según palabras de Alexandre Cirici. Después de la guerra, Sunyer vivió el exilio cerca de París, hasta que volvió en 1955, para morir un año después en su pueblo natal. De su última etapa destaca Casamada el enriquecimiento del color. "A él siempre le gustó el color, pero en esta época gana sobre todo en delicadeza".

La exposición madrileña (Castellana, 51) va acompañada de un catálogo en el que han escrito sus impresiones sobre Sunyer Joan Merli, Jordí Benet, Vinyet Panyella, Casamada y Jaume Sunyer, que cuenta que su padre nunca analizaba un cuadro. "Él sólo decía que le gustaba o que no le gustaba". Sunyer, "pintor de paisaje y de naturaleza muerta, de retratos y de desnudos" como dice Joan Merli, gusta muchísimo.

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