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ÓPERA

Seis representaciones conservadoras para la temporada de Bilbao

En un Bilbao que se despereza lentamente después de la pesadilla vivida en los últimos días, tendrá lugar desde hoy hasta el próximo día 12 el festival operístico del País Vasco que organiza en el Coliseo Albia la Asociación Bilbaina de Amigos de la Opera (ABAO). Seis representaciones en función única compondrán el festival de este año, que hace el número XXXII de los celebrados desde que se fundara en 1953 y que este año mantiene un claro sentido conservador.

Las obras a representar en este festival de ópera de Bilbao son Romeo y Julieta, de Gounod, en la sesión de apertura; Manon, de Massenet (día 6); Manon Lescaut de Puccini (día 10) y tres óperas de Verdi: I due foscari (día 4), Macbeth (día 8) y Nabucco (día 12). Una programación, salta a la vista, de claro signo conservador, perfectamente igual a sí misma e intercambiable con cualquiera de las anteriores, y de la que acaso lo más singular sea una fenomenal ausencia: La del gigantesco Ricardo Wagner, difícilmente justificable en este año de su centenario.El público bilbaíno tendrá que contentarse, por lo tanto, con aquel Lohengrin posibilista y cantado en checo que tuvo a bien traernos a este páramo cultural la compañía de Ostrava en el ya lejano mes de mayo.

En un festival que trata de encontrar su máxima dignidad en la selección de los solistas vocales, hay que destacar en esta edición la presencia del tenor Alfredo Kraus, que será el Romeo en la obra de Gounod, junto a Valerie Masterson. Macbeth y Nabucco serán protagonizadas por otro cantante de altura, el barítono Renato Bruson, con Ghena Dimitrova en los primeros papeles femeninos. Bruson cantará además el Francesco de I due foscari.

Nombres también conocidos de los bilbaínos entre las batutas: El asiduo italiano afincado en Francia Gianfranco Rivoli estará al frente de las dos primeras representaciones verdianas. La ópera de Puccini correrá a cargo del belga Charles Vanderzand, antiguo titular de los teatros de Amberes y Bruselas y uno de los actuales directores de la Sinfónica de Bilbao, donde debutó el pasado año con un brillante Barbero de Sevilla. Gounod y Massenet contarán con sendos maestros franceses (Alain Gingal y Jean Perisson) y una plantilla mayoritaria de aquella nacionalidad. Y finalmente el color local, en manos de nuevo del vizcaíno Urbano Ruiz Laorden, batuta ligera de vocación vocal y coral, omnipresente en las actividades musicales de la villa, y que accedió a la ópera hace un año en este mismo escenario.

El coro de la Abao continúa siendo el eje inexcusable de todo el montaje. Como cuerpo de baile, punto dificil de resolver, se cuenta para esta ocasión con el Ballet Clásico de Torrelavega.

Las necesidades del foso estarán cubiertas, como de costumbre, por la sinfónica bilbaína que actuará en cuatro de las representaciones, alternando con la bisoña Sinfónica de Euskadi, orquesta que se incorporó al festival en la temporada última.

El Gobierno contribuye a la financiación de estas jornadas con una subvención que cubre el 39% del total del presupuesto. Se intenta dar carácter regional a estos acontecimientos, propósito que se vió ya reflejado en el título (Festival de ópera del País Vasco) y que se trata de hacer efectivo facilitando gratuitamente los desplazamientos desde las otras dos capitales de Euskadi.

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