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Un industrial confiesa haber repartido 200 millones en sobornos en los juzgados de Barcelona

José María Humbert Rovira, ex gerente de la empresa Conductoras de Barcelona, S A, que se dedicaba a lanzamientos judiciales y a almacenar bienes embargados, aseguró que en los últimos cuatro años distribuyó cerca de 200 millones de pesetas, en concepto de sobornos, entre los funcionarios de diferentes juzgados de la provincia de Barcelona, abogados y procuradores, para conseguir los encargos. Estas manifestaciones las realizó el empresario catalán el pasado jueves por la noche, antes de ingresar en la cárcel Modelo.

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'Astillas' de hasta 600.000 pesetas

El pasado domingo, 19 de junio, la Guardia Civil consiguió detener en Masnoti al empresario José María Humbert Rovira, quien tenía sobre sí dos órdenes de búsqueda y captura decretadas por los juzgados de Instrucción número 8 y número 1 de Barcelona, por los presuntos delitos de malversación de caudales públicos e incendio, supuestamente cometidos al incendiar un almacén de objetos embargados y al comerciar ilegalmente con bienes sometidos a su tutela.La historia judicial de José María Humbert Rovira se remonta a mediados de la década de los años setenta, cuando creó la empresa Conductoras de Barcelona -que nada tiene que ver con Transportes de Barcelona, como erróneamente informó este periódico el pasado día 28 de junio- y abrió en la provincia diferentes almacenes destinados a albergar bienes procedentes de embargos, suspensiones de pagos y lanzamientos. En aquella época, uno de los almacenes de Humbert Rovira quedó destruido por un incendio sospechoso, que provocó la investigación de la Guardia Civil, pero que no impidió que cobrara un seguro de cuatro millones de pesetas.

Un seguro de 40 millones

El pasado mes de enero, uno de los almacenes de Humbert Rovira, situado en la calle de Badal, de Barcelona, sufrió un siniestro similar. La destrucción de este almacén fue denunciada por los propios trabajadores de la empresa ante la compañía de seguros con la que tenía concertada una póliza de 40 millones de pesetas. Esta denuncia, junto con las anteriores, y a las que se sumaban las sospechas acumuladas por la Guardia Civil, provocó las dos órdenes de búsqueda y captura, que no pudieron ser cumplimentadas porque Humbert Rovira huyó de su domicilio.

Periódicamente, José María Humbert Rovira, desde Andorra, o desde un paraje desconocido de Cataluña, escribía o telefoneaba al juzgado proponiendo "tirar de la manta" en el tema de la corrupción judicial a cambio de su libertad. Las propuestas de Humbert Rovira no fueron tenidas en cuenta, por lo que decidió ponerse en contacto con una publicación de gran tirada nacional. El pasado 19 de junio, el huido fue finalmente localizado por la Guardia Civil en el puerto de Masnou y detenido, pero Humbert Rovira se creyó a salvo y pensó que podría conseguir su libertad explicando las corrupciones judiciales, contenidas en 18 folios que había manuscrito en los últimos días, cuando permanecía escondido a bordo de un yate.

Un informe de 22 folios

En la noche del 22 de junio, por vez primera, Humbert Rovira pasó por el juzgado de guardia. El detenido declaró sobre el caso del incendio de la calle de Badal, asegurando que se había visto obligado a cometerlo, ya que los trabajadores y ex socios le habían dado la espalda. A continuación, Humbert Rovira empezó a "tirar de la manta" y entregó al juez los 18 folios, a los que se habían añadido otros cuatro, redactados en la Comandancia de San Pablo de la Guardia Civil de Barcelona, en los que se relataban las presuntas corrupciones. El titular del juzgado puso los hechos en conocimiento del presidente de la Audiencia Provincial y del Consejo del Poder Judicial, mientras que, por reparto, el tema de las corrupciones fue asignado al juzgado número 12, que empezó a instruir las diligencias 74/83.

Las declaraciones de José María Humbert Rovira prosiguieron en los días siguientes en la Comandancia de San Pablo, gracias a una orden de excarcelación suscrita por el juzgado de guardia. Al informe, de 22 folios, se le sumaron otros 40, así como las declaraciones de algunos de sus colaboradores. Todas estas confesiones pasaron finalmente el jueves por la noche al juzgado de guardia, que decretó el ingreso en prisión de Humbert Rovira, teniendo cuidado de que se efectuara en una galería de seguridad.

Archivadas unas coacciones

Coincidiendo con este procedimiento judicial, el Juzgado de Instrucción número 14 de Barcelona ha decidido archivar la denuncia presentada por la esposa de José María Humbert, sobre supuestas coacciones sufridas por la compañía de seguros que cubría la póliza del almacén de la calle de Badal. Según Margarita Figueras, que tenía el 90% de las acciones de la sociedad y que debía cobrar 40 millones de pesetas del seguro, sufrió coacciones por parte de empleados de la empresa aseguradora para que firmara una renuncia. La denunciante aseguró que los empleados se hicieron pasar por policías para presionarla. Argumentaba la esposa de Humbert Rovira que las presiones habían surtido efecto gracias a su delicado estado de salud y a su precario equilibrio psíquico.

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