_
_
_
_
_

Autores y críticos consideran la novela policiaca espejo de la sociedad

"¿Ha venido el policía?", preguntó Juan Tebar justo antes de que comenzara la mesa redonda que sobre novela policiaca se realizó anteayer en la Feria del Libro de Madrid. Al policía no se le descubrió entre el millar de asistentes, pero la pregunta sirvió para abrir el debate entre Manuel Vázquez Montalbán, Juan Madrid, Ricardo Muñoz Suay, Andreu Martín y Carlos Pérez Merinero. Más de 1.000 personas siguieron el acto, en el que Pérez Merinero sirvió de contrapunto a todas las afirmaciones que realizaban sus compañeros.Juan Tebar, crítico literario que actuó de moderador, lo tuvo difícil con Pérez, Merinero. Sus intentos de coordinar la mesa planteando cuestiones que dieran pie al debate ("¿Se puede hablar de boom de la novela negra?", "¿Por qué se escribe?", "¿En qué medida influye la política en la novela?") eran sistemáticamente rechazadas por éste.

Muñoz Suay y Vázquez Montalbán tuvieron las intervenciones más ajustadas. El primero se refirió a la tradición de la novela popular en España, en la que ya se podía entrever un apunte de la novela negra actual, y afirmó que el posible auge de esta clase de narrativa está ligado a que en estos momentos la situación política permite argumentos que antes eran impensables. "Hace unos años no se podía escribir sobre un policía que estuviera al margen de la ley. Sin embargo, ahora se han reconocido públicamente muchos casos, de forma que se puede utilizar esto tranquilamente como ar gumento". El mismo Muñoz Suay recordaría una anécdota ocurrida hace años con Carlos Robles Piquer, en la que éste le dijo que si hablaba de policías malos tenían que ser por lo menos holandeses, de ninguna manera españoles.

Vázquez Montalbán dijo que dentro de la novela policiaca hay dos líneas (literatura policiaca de enigma y la novela negra norteamericana) de las que los autores españoles han cogido elementos de las novelas americanas (el personaje del detective) aclimatados a la realidad española (la sociedad del seiscientos). Para el padre de Carvalho, la censura del anterior régimen ha tenido una importancia fundamental: "Con Tatuaje, escrita en aquellos tiempos, conseguí hacer el milagro de que hubiera un solo policía y que fuera holandés".

En el mismo sentido se pronunció Juan Madrid: "Sin libertad no hay novelas policiacas, salvo que se recurra a los argumentos manidos de siempre. No es casualidad que la primera novela de este género se edite en la transición. También hay que ver que esta clase de género es hijo de la crisis industrial, hecho que se produce hace pocos años y que explicaría el retraso en el auge de la narrativa policiaca". A todo esto, Pérez Merinero mantenía en solitario afirmaciones tales como que no es necesaria la aparición de policías en la novela policiaca, ni que la etapa de la dictadura influyera en el desarrollo de este género ("Yo siempre he escrito lo que he querido. No me importa que luego me lo editen o no"). Rechazó de plano la influencia de la narrátiva norteamericana en el género y afirmó que se negaba siquiera a pronunciarse sobre el término de subgénero aplicado por algunos a esta narrativa, "porque me importa un pito lo que opine Borges y el resto de teóricos y seudointelectuales".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_