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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La sencilla popularidad de Moreno Torroba

Obras de Honegger, M. Torroba y Brahms

Orquesta Sinfónica de RTVE. Director: Gómez Martínez. Solista: Pepe Romero, guitarra.

Teatro Real. 9 y 20 de marzo.

En vida de Moreno Torroba se habían programado tanto el Concierto para piano (ONCE) como los Diálogos entre guitarra y orquesta, estrenados ahora por la Sinfónica de RTVE. No se ha tratado, pues, ni en un caso ni en otro, de triste homenaje oportunista, sino de cumplimiento de proyectos que la muerte del autor de Luisa Fernanda ha teñido de pena y fuerza de evocación.Por los pentagramas de los Diálogos asoma, una vez más, el rostro optimista y popular, sencillo, vital y abierto a los aires folklóricos de Moreno Torroba. Casi un centenar de páginas guitarrísticas, entre ellas media docena con orquesta, signan la dedicación del compositor a la guitarra, tan estimulada desde el primer momento por Andrés Segovia.

Pensados para el hoy marqués de Salobreña, fueron estrenados en 1977 por Pepe Romero y la Orquesta St. Martin in-the Field, en Los Ángeles. No escuchados en España, el mismo Pepe Romero ha sido estupendo protagonista de la presentación del sábado, defendida con brillantez por el solista y honestidad profesional por sus colaboradores, la Orquesta de RTVE y el maestro Gómez Martínez. Antes había vuelto a los programas una muy bella partitura de los años veinte, frecuentada hace décadas y olvidada, como su mismo autor, desde hace tiempo: la Pastoral d'eté, de Arthur Honegger. Si no se dio con la necesaria atmósfera, con esa especial sensibilidad ante el paisaje y su aire, tan propia de los seis y, en esta ocasión, sutilmente asimilada por uno de los más ilustres representantes del grupo, no por ello la ejecución careció de interés y corrección.

El programa se completó con una partitura grande, escasamente frecuentada, de Johannes Brahms: la Serenata en re mayor, op. 11. Que se trata de una de las tentativas que precedieron el gran sinfonismo brahmsiano es algo que se advertiría a la simple escucha, sin necesidad de más datos; que, como de Brahms, la tentativa está llena de belleza y admirablemente escrita, no es menos incuestionable.

Las serenatas de Brahms

Ya al margen de su significación como avanzada del gran Brahms, las dos serenatas (op. 11 y op. 16) poseen un valor propio: se trata de una recreación, a su propio modo, de lo que fueron las serenatas del clasicismo vienés, y, en cierta medida, constituyen un hondo homenaje a Haydn, que se concretará todavía en las Variaciones para perdurar en la estructuración interna del sinfonismo en Johannes Brahins.

Hasta la primera serenata llegan aires populares o el eco de los viejos minuetos repensados por el compositor, pero es el ambiente general, de música al aire libre, con el vivo sonar de las trompas, el que se impone en medio de un mundo instrumental y armónico definidamente brahmsiano, por más que el recuerdo de Schumann o Mendelssohn aparezca, a veces, más como relación inconsciente que como propósito o circunstancia condicionantes.

Difícil de ejecución, la Serenata en re fue bien tocada, en general, por los sinfónicos de Radiotelevisión Española y llevada con mayor firmeza métrica, continuidad y brillantez dinámica que voluntad de klangideal, aspecto este del ideal sonoro que -me parece- Gómez Martínez debe trabajar. El director granadino fue largamente aplaudido después del brillante final de la serenata.

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