_
_
_
_
_
Reportaje:

Cooperativas de trabajo en la prisión

Un colectivo independiente promociona nuevas fórmulas de organización de los reclusos de Carabanchel

Mercedes Gándara, uno de os miembros del colectivo, explica que "desde el principio se pretendió presentar nuevas alternativas a personas de un nivel cultural bajo, y los barrios de Villaverde y Vallecas son un claro exponente de lugares donde persiste la marginación y donde el índice de paro es uno de los más altos de España".Después de su larga experiencia en estos barrios, los miembros del colectivo pensaron que su trabajo podría ser muy útil en prisiones. Nunca se había trabajado seriamente en este campo. "Intentamos abrir uria brecha", dice José Valcárcel, "en el campo de la educación de los reclusos, pero, fundamentalmente, pensamos que a través del trabajo productivo, de cooperativas, los internos, cuando salgan de prisión, no tienen por qué volver a delinquir: es una función formativa y terapéutica". Para ello se cuenta con psicólogos, antropólogos, pedagogos y profesionales de la enseñanza.

La idea fue aceptada por los responsables penitenciarios y muy bien acogida por el director de Carabanchel, Eusebio Hernández, quien dio todas las facilidades para que la experiencia se llevara a cabo. El colectivo comenzó a trabajar. Se impartieron clases de alfabetización y fue creada la cooperativa de fabricación de balones. Los reclusos también aceptaron favorablemente la idea.

Autofinanciación

Pablo, uno de los internos que trabaja con el CEPA, y que ha pasado dieciocho años en prisión por delitos comunes, dice que "la idea es fabulosa; fue muy bien acogida, y para nosotros es muy interesante, porque si sabes hacer algo no tienes que ir a la desesperada cuando sales de aquí". Pablo, que después de su última condena estuvo treinta meses como preso preventivo en Carabanchel, hasta que ahora le ha sido concedida la libertad bajo fianza, tiene intención de integrarse en el colectivo de educación de adultos y "seguir trabajando en lo mismo que esta gente ha hecho por mí; mi experiencia en prisiones puede que ayude bastante a otras personas que ahora estarán pasando lo mismo".El CEPA, que consiguió una subvención de 900.000 pesetas de la comisión diocesana contra el paro al comenzar su trabajo en Carabanchel, no tiene ninguna relación con organismos religiosos. "Unicamente esta comisión", explica uno de sus miembros, "accedió a damos una subvención al ver que nuestro trabajo podía ser útil, pero somos independientes". A partir de aquella ayuda económica el grupo no recibió más subvenciones y está autofinanciándose.

Los beneficios de la cooperativa de balones se reparten entre los reclusos y los mie mbros del grupo promotor, que diariamente se desplazan a Carabanchel para impartir clases de alfabetización y dirigir trabajos en los talleres de la prisión. Poco a poco, el colectivo de educación de adultos consiguió que los balones tuvieran salida al mercado. Algunos ayuntamientos de la provincia de Madrid prestan su apoyo y adquieren los balones de la cooperativa.

Apesar de que no hay grandes beneficios, cada recluso puede obtener de media unas 3.000 pesetas a la semana. Con ese dinero puede pagar algunas necesidades y algunos vicios: comprar comestible en la tienda de ultramarinos de la cárcel, tabaco, etcétera. "No es mucho", dice uno de los recluso de la cooperativa, "pero nos gusta el trabajo y nuestras familias tampoco pueden mandar dinero cada semana".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Ultimamente se ha puesto en marcha una nuevva cooperativa para fabricar juguetes educativos, trabajando en madera. Se fabrican puzzles y se tiene intención de ampliar la gama. Los reclusos que trabajan proceden de todas las galerías, a excepción de la tercera, donde se encuentran los etarras, grapos, anarquistas y algunos comunes considerados muy conflictivos. La mayoría de los reclusos de la cooperativa no tienen grandes condenas o están pendientes de juicio. En su mayoría están en prision por tráfico de drogas.

Reclaman apoyo

Ellos también piden apoyo. Coinciden en explicar que "el trabajo nos gusta, pero necesitamos más medios porque también hay más .presos que están interesados en trabajar". Los miembros del CEPA, por su parte, dicen que "la idea no consiste en mantener a los reclusos ocupados durante unas horas, nuestro objetivo es mucho más amplio intentamos que a través del trabajo el interno encuentre otra formación y otras posibilidades, que le puedan servir a su salida de la prisión; no hablamos de reeducación y reinserción, hablamos de formación y de las condiciones para que el recluso encuentre por sí mismo salidas profesionales que no le hagan volver a delinquir".La Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha acogido favorablemente la experiencia. "Se está intentando que exista un entendimiento entre la Gerencia de Trabajos Penitenciarios y los miembros de este colectivo de educación de adultos, para que se pueda potenciar la idea, que parece estar obteniendo muy buenos resultados".

Aunque en la mayoría de las prisiones existen talleres de trabajo, los reclusos no se han visto beneficiados de ello a causa de la mala gestión, debida tal vez a una acusada falta de medios, y, en algunos casos, porque a los propios presos no les interesaba nada el trabajo tal y como se lo planteaban anteriormente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_