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Herbert von Karajan y la Filarmónica de Berlín, enfrentados por una joven clarinetista de 23 años

Por primera vez en veintiocho años ha estallado una guerra entre el director Herbert von Karajan y la Orquesta Filarmónica de Berlín: el maestro quiere ofrecer un contrato de prueba por un año a la clarinetista de veintitrés años Sabine Meyer, pero la orquesta se niega. Las palabras chantaje y machismo han salido a relucir en el conflicto entre el maestro Herbert von Karajan, de 74 años, y su orquesta. Karajan quiere que la clarinetista de veintitrés años ocupe durante un año un puesto en la filarmónica berlinesa, un período de prueba para decidir si la joven puede quedarse definitivamente con la plaza.

La orquesta considera a Sabine Meyer una solista de enorme talento, pero carente de una cierta disciplina rítmica y sin experiencia. La votación sobre si la clarinetista debía ocupar el puesto concluyó con una abrumadora mayoría en contra. Herbert von Karajan se indignó y anunció que se limitaría a cumplir estrictamente su contrato con la Filarmónica de Berlín.Esta amenaza de Karajan significa que el director no intervendrá en grabaciones de discos, filmaciones para la televisión y giras de la orquesta, lo que pondría en peligro incluso la participación en los festivales de Salzburgo, Lucerna y otros. Entre los músicos le habla de chantaje por parte de Karajan. La decisión del maestro, si se lleva a la práctica, supone un fuerte golpe a la economía de la orquesta. De momento, Karajan se negó a grabar para televisión el concierto de Año Nuevo, lo que equivale a una pérdida de 100.000 marcos (más de cinco millones de pesetas).

Si Karajan no graba discos con la orquesta, se calcula que las ganancias perdidas llegarán hasta veintisiete millones de marcos (más de 1.430 millones de pesetas). Un miembro de la orquesta gana unos 7.000 marcos mensuales (370.000 pesetas), y el reparto de las ganancias por grabaciones supone unos diez millones de pesetas complementarias.

Ni siquiera estos argumentos económicos han servido para hacer cambiar de postura a la orquesta. En una nueva votación, 77 se pronunciaron en contra del contrato por un año a la joven clarinetista, y sólo cuatro a favor.

Los directores de orquesta ya no tienen la posición dictatorial del pasado. El español Jesús López Cobos, director de la orquesta de la Opera de Berlín Oeste, explicaba hace meses que ya han pasado los tiempos en que Toscanini llegaba y llamaba burros a sus músicos. En una orquesta moderna funciona la cogestión: los músicos votan y el director tiene que someterse a estas votaciones. Karajan se defiende a su modo y amenaza con represalias, que afectan al bolsillo de sus músicos, que no parecen dispuestos a dejarse intimidar.

En todo el asunto de la clarinetista salió a relucir también la sospecha de si la Orquesta Filarmónica de Berlín no es un grupo de machistas que se opone a la contratación de una joven clarinetista por su condición de mujer. La orquesta replica que esta sospecha es infundada y presentan como ejemplo la presencia de la violinista Madeleine Caruzzo, que ocupa un puesto fijo en la plantilla.

La guerra entre Karajan y sus músicos está abierta, y la mediación del Gobierno de Berlín Oeste no ha dado resultados. La solución de compromiso propuesta por el senador (ministro) de Cultura fue rechazada, y Karajan protestó contra el abuso que se hizo de su nombre, al decir que había aceptado el compromiso.

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