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Inminente nombramiento de José María Lucía como presidente de Ensidesa

José María Lucía, vicepresidente ejecutivo de Babcock Wilcox, será nombrado presidente de Ensidesa en la reunión que hoy celebrará el Consejo de Administración del Instituto Nacional de Industria (INI) o en la del próximo 12. Lucía, ingeniero de minas, accede a la máxima responsabilidad de esta empresa pública siderúrgica de la que fue consejero delegado hasta el 19 de junio de 1981, fecha en la que fue destituido por el actual presidente Luis Rodríguez Castellá.

El cese de José María Lucía, que había sido reiteradamente solicitado por la dirección de Unión de Centro Democrático de Asturias, suponía la previsible culminación de un proceso de enfrentamiento abierto con el entonces ministro de Industria, Ignacio Bayón, al pegar un portazo en el momento de abandonar airadamente una reunión de UNESID ( Unión Nacional de Empresas Siderúrgicas). En dicha reunión, los representantes del sector siderúrgico no integral propusieron, en presencia de la Administración, la aplicación de serias medidas restrictivas a la producción de Ensidesa. De hecho, los empresarios privados querían que la empresa nacional dejara de fabricar productos redondos, eliminara los comerciales y redujera drásticamente los estructurales y las exportaciones.

Pérdida de confianza

Las declaraciones públicas de Lucía contra aquel proyecto de reparto de producciones y mercados discriminatorio para Ensidesa, en el que la Administración aparecía como cómplice, le provocaron la pérdida de confianza ante quienes dirigían entonces el Ministerio de Industria.La dimisión de José Luis Baranda, que abandonó Ensidesa para ocupar el cargo de director general de Hidroeléctrica del Cantábrico, dio paso a un período de consultas que llevó a la presidencia de la primera empresa siderúrgica integral española a Luis Rodríguez Castellá, uno de cuyos primeros actos consistió en cesar a José María Lucía, alegando que consideraba innecesario mantener el cargo de consejero-delegado para asumir él personalmente la dirección ejecutiva de la empresa. Posteriormente, Manuel Alvarez se consolidó como claro número dos.

En el período de tiempo que medió entre la marcha de José Luis Baranda y el nombramiento de Rodríguez Castellá, las centrales sindicales UGT y CC OO dieron su apoyo, sin éxito alguno, a la candidatura a la presidencia de José María Lucía, quien contaba con la desconfianza del ministro y el veto de la dirección de UCD de Asturias.

Emilio García-Pumarino, entonces presidente regional del partido centrista asturiano, del que ya no forma parte, acusó a Lucía, en una reunión mantenida en Oviedo con Ignacio Bayán, de ser la fuente de información de Rafael Fernández, presidente del Consejo Regional de Asturias y senador socialista, en una etapa en la que el organismo preautonómico desencadenó una fuerte ofensiva de defensa del futuro de Ensidesa ante la Administración central.

El 19 de septiembre de 1978, José María Lucía ingresó en Ensidesa como director general de operaciones, cargo del que pasó a ser nombrado consejero delegado hasta su destitución en junio de 1981. La confirmación de su inminente nombramiento como presidente de esta sociedad para sustituir a Rodríguez Castellá, a quien en medios socialistas asturianos se reprocha no haber defendido con suficiente energía los legítimos intereses de Ensidesa en un momento en que su futuro se encuentra seriamente comprometido, ha sido recibida favorablemente y de forma singular en los medios sindicales.

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