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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Desechos

Blake Edwards, director y productor de las películas que componen la serie de la Pantera Rosa, no ha querido renunciar al posible éxito de otro capítulo de la saga, aunque el fallecimiento de su actor principal, Peter Sellers, impidiera la filmación de una nueva aventura. Utilizando recortes no conocidos de los títulos precedentes, Edwards ha querido dar otra vez vida a ese entrañable y despistado inspector Closeau, empeñado siempre en perseguir a peligrosos malhechores sin la menor perspicacia para ello.Edwards no lo ha conseguido. Las escasas secuencias originales en las que aparece Sellers no tienen entidad para componer una nueva historia, carecen de gracia, lógica e imaginación.

Tras la pista de la Pantera Rosa

Guión. producción y dirección: Blake Edwards. Música: Henry Mancini. Fotografía: Dick Bush. Intérpretes: Peter Sellers, Joanna Lunley, Hervert Lom, David Niven, Richard Mulligan, Burt Kwouk. Norteamericana. 1982. Comedia. Locales de estreno: Cid Campeador y California.

A las breves apariciones de Sellers -camuflado a veces en un doble- se ha añadido una aburrida peripecia en la que una joven periodista quiere conocer las razones de la desaparición del inspector Closeau, tontamente extraviado hacia la mitad de la película para evitar problemas a guionistas y montadores. Durante su encuesta, la intrépida periodista conversa con los personajes que conocieron a Closeau, y su recuerdo permite utilizar más fragmentos de películas anteriores, aunque ya conocidos en su integridad. Volvemos a contemplar, pues, las peleas del inspector con su criado chino y volvemos también a ver íntegra una de las secuencias finales de la primera Pantera Rosa (1963).

Si las cinco películas anteriores alargaron demasiado las posibilidades cómicas del extravagente personaje de Closeau, Tras la pista de la Pantera Rosa es una exageración de tal aprovechamiento comercial. Casi un fraude. No hay ideas nuevas ni se logra emular la calidad de las antiguas. Quizá se quiso hacer un homenaje al actor fallecido, a quien se dedica la película, pero mejor hubiera sido montar una auténtica antología de sus chistes más populares, sin ningún rubor, que esta historieta que no acaba de adquirir una personalidad propia. Un triste homenaje.

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