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El último histórico de los 'grapo'

El 'grapo' muerto fue uno de los evadidos de la prisión de Zamora

Juan Martín Luna, 28 años, gaditano, de profesión soldador, era el último dirigente de los históricos que se hallaba en libertad de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre.Su primera detención se produjo en Benidorm, el 9 de octubre de 1977, en una de las frecuentes caídas que salpicaron la primera etapa de existencia de los GRAPO. Martín Luna fue acusado de ser el autor material del asesinato del capitán Herguedas, perpetrado el 27 de setiembre del mismo año por órdenes de otro de los históricos del grupo, Francisco Brotons. La condena impuesta por este delito fue de 37 años de prisión que se sumaron a los tres que ya pesaban sobre él a causa de la colocación de una bandera republicana con siete cartuchos de goma-2 en Leganés (Madrid).

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El seguimiento de Martín Luna formaba parte de una amplia operación policial para acabar con los GRAPO
Fue alcanzado al salir de una lechería

Cuando el MULC hizo público su valoración de las consecuencias de la extraña fuga de la prisión de Zamora de cinco grapos, en diciembre de 1979, Juan Martín Luna aparecía señalado como el único evadido sin responsabilidades de importancia en la organización. Enrique Cerdán Calixto, Abelardo Collazo Araújo, Fernando Hierro Chomón y Francisco Brotons Beneyto fueron quienes polarizaron la atención de la opinión pública, a causa de su participación en el atentado de mayor gravedad realizado por la organización, el secuestro del general Villaescusa.

Todos, cayeron, detenidos o acribillados en breves intervalos, hasta dejar vacante la dirección de los comandos supervivientes.

Enero de 1980 parece ser el momento en que Juan Martín Luna se alza con el liderazgo de los comandos residuales y reclama con una llamada telefónica a la delegación de la agencia Efe de Sevilla, la colocación de un artefacto explosivo en Fuengirola (Málaga) "en solidaridad con los polis milis de ETA".

En febrero había sido reconocido por un taxista de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), al que sustrajo a punta de pistola el vehículo.

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Esta reaparición echó por tierra las conjeturas sobre el desplazamiento a Portugal de la plana mayor de los grapo, desde donde, según se suponía, pretendían proceder a reorganizar sus comandos.

Cerdán Calixto moriría acribillado en Barcelona en septiembre de ese mismo año al hacer fuego sabiéndose rodeado. Su desaparición ponía a Martín Luna ante las máximas responsabilidades de la organización. Comunicados oficiales del MULC señalaban ya al grapo ahora fallecido como el último superviviente del núcleo histórico del grupo.

El cerco se estrecha al mes siguiente tras la detención en Cádiz de Luis Cuadrado Delabat. A través de sus declaraciones a la policía descubrió en Barcelona el piso franco de Martín Luna en el número 100 de la barcelonesa calle Areitjol. Fue la vez que los perseguidores estuvieron más cerca de su presa. Aún actuaría otra vez Martín Luna en abril de 1982. El día 26 un policía nacional resultó muerto y otro herido en la calle Garcilaso, en Barcelona. Martín Luna, señalado por el MULC como responsable de la acción, huyó con las armas de sus víctimas.

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