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Namibia y una cierta unanimidad

Namibia es tal vez el único problema africano en torno al cual se suscita siempre una cierta unanimidad de los africanos. Suráfrica y Namibia constituyen por sí solas la salvación de la mayoría de las cumbres de la OUA, pues gracias a ellas se producen las únicas resoluciones unitarias.El suroeste africano, cuya población, compuesta por un tercio de blancos germanófonos, formó parte de las colonias alemanas que se repartieron los países europeos después de la primera guerra mundial, fue ocupada por la Unión Surafricana en 1915. La Sociedad de Naciones se la encomendó oficialmente en mandato a Suráfrica en 1920. Desde entonces, y en contra de las corrientes liberadoras e independentistas de Africa, Suráfrica introdujo en Namibia el apartheid y la discriminación racial.

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En 1966 la ONU retiró el mandato que le tenía confiado a Suráfrica, y desde entonces el territorio es administrado -teóricamente tan sólo, ya que Suráfrica se negó a ejecutar las resoluciones de la ONU- por un Consejo de las Naciones Unidas para Namibia, que fue creado en 1967.

La independencia de Angola en 1975, con su extensa frontera con Namibia, vino a significar un apoyo y un impulso considerable para la guerrilla del SWAPO, que dirige Sam Nujoma y que languidecía desde hace diez años. Como réplica, Suráfrica incrementó su apoyo al movimiento disidente UNITA, que dirige Jonás Savimbi, y ha logrado ocupar extensas zonas del sur angoleño e introducir un factor importante de desestabilización en Angola.

La llegada de cerca de 20.000 soldados cubanos a Angola, después de la independencia de este país, complicó considerablemente la confrontación en el Cono Sur africano, dándole así una connotación de enfrentamiento Este-Oeste de la que inicialmente carecía.

Existe un grupo de contacto -integrado por Estados Unidos, Francia, Reino Unido, República Federal de Alemania y Canadá, los cinco países occidentales más interesados en el futuro de Namibia- que se esfuerza por encontrar una solución negociada al problema con los países de la línea del frente, Angola, Mozambique, Botsuana, Zambia y Zimbabue. Se había llegado a un acuerdo sobre la base de la resolución 435 de las Naciones Unidas, que establecía la retirada de las tropas surafricanas y su sustitución por un contingente multinacional y la celebración de elecciones para la constitución de una Asamblea constituyente.

Entre las discrepancias entre el grupo de contacto y los países de la línea del frente, Suráfrica propició en 1980 la celebración unilateral de elecciones, en las cuales resultó vencedora la Democratic Turnhalle Alliance, encabezada por Dirk Mudge, que con el apoyo de varios líderes negros constituyó un Parlamento y un Gobierno, aun manteniendo la supremacía del poder del administrador general surafricano.

La llegada del presidente Ronald Reagan al poder endureció la postura norteamericana, que, como lo ha demostrado en su reciente gira por Africa el vicepresidente Georges Bush, se encamina a lograr primero la partida de las tropas cubanas de Angola y solucionar el problema de Namibia.

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