Multitudinario homenaje a Juan Algorta por los trabajadores de las empresas que ha dirigido
Juan Alcorta Maiz, el primer empresario que hizo pública su negativa a pagar el impuesto revolucionario de ETA, fue homenajeado la noche del viernes en San Sebastián por los trabajadores de Savin y Coipe, sociedades que ha dirigido hasta hace unos meses. El 96% de los 2.200 trabajadores que componen la plantilla de estas empresas se adhirió al homenaje, al que no asistieron, por decisión expresa de los propios empleados, los miembros de las juntas de accionistas y de los consejos de administración.
El empresario guipuzcoano fue galardonado con el título de "trabajador jubilado" entre los aplausos y vítores de los delegados obreros, más de 300, que le aclamaron como a un verdadero líder.El homenaje a los jubilados de la empresa es una práctica establecida por los empleados de Savin y Coipe que no se aplica habitualmente a los altos cargos. Juan Algorta afirmó, en una noche en la que fue desbordado por regalos y felicitaciones emocionadas, que este título le producía la mayor satisfacción, interpretando que significaba que los empleados le habían considerado a lo largo de estos años como uno más de los suyos.
El entusiasmo con que fue saludado, y el fervor con que se escucharon sus palabras, establecieron un clima que se corresponde perfectamente con el final apoteósico del congreso de un partido político. En el acto se encontraban también presentes trabajadores de las factorías que Coipe y Savin poseen en Andújar, Sevilla y Logroño.
Mientras los trabajadores andaluces, afiliados mayoritariamente a CC OO y a UGT, interpretaban y acompañaban con palmas de sevillanas los versos "cuando un amigo se va; algo se muere en el alma", el delegado riojano leía unas coplas de elogio a Juan Alcorta, y la coral Gaztelupe cantaba bellas canciones donostiarras, algunas de las cuales poseen un marcado contenido tradicionalista. Emocionado, el empresario donostiarra exclamó en alto: "Un pueblo que canta así no puede morir", frase que levantó gritos de "gora don Juan", y cerradas ovaciones.
El presidente del Gobierno Vasco, Carlos Garaikoetxea, el alcalde de san Sebastián, Jesús María Alkain, el secretario del PSE-PSOE, José María Benegas y el presidente de la patronal guipuzcoana Adegui, José María Vizcaíno, enviaron telegramas de salutación a Juan Alcorta que fue bautizado esa noche con títulos como capitán de grandes empresas, piloto intrépido y timonel firme y seguro.
Varios anuncios de bomba fueron recibidos en el hotel donostiarra donde se celebraba el homenaje. Juan Alcorta fue presentado por sus antiguos empleados como un hombre abierto, liberal, firme y, sobre todo, como un gran trabajador, un calificativo que fue citado con reiteración y que parece presidir las relaciones de quienes integran el grupo de Savin y Coipe.
Juan Alcorta es uno de los elementos más significativos del empresariado guipuzcoano. La imagen del sector empresarial se asocia con los esterotipos del hombre hecho a sí mismo y el hombre capaz de hacer todo y aparece representado bajo la figura de un dirigente que conoce y trabaja por sus empleados y que une a su firmeza la práctica de un cierto humanismo. "Lo que sí es cierto", afirmó Juan Algorta en su intervención, "es que una empresa y una sociedad la forman un grupo de personas, al margen del modelo de empresa y del modelo de sociedad que están y seguirán estando en permanente revisión y cambio.
El apoyo de los trabajadores de Coipe y Savin quedó de manifiesto cuando el industrial anunció su decisión de no pagar a ETA Militar el impuesto revolucionario que le exigía. Aludiendo a esta circunstancia, Alcorta se dirigió a sus empleados y dijo: "Es posible -no lo sé- que hoy esté entre vosotros gracias precisamente a vosotros mismos. ¡No lo olvidaré nunca.'".
Juan Alcorta señaló ayer a EL PAIS que continuará residiendo en el País Vasco y que su decisión de jubilarse responde a una necesidad que no puede posponer: "Ahora quiero vivir, quiero vivir mejor, quiero disfrutar", señaló el empresario.
